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Relato antiguo de la Herejia sacado del mismo lugar que el antiguo relato de la Traicion de Horus

 

“¿Te das cuenta de que estás incitando al motín?”

El Hermano Capitán Taryitz asintió con gravedad.

“Traicionar a Horus o traicionar al Emperador. ¿Qué otra opción hay?”

Los oficiales de los Marines Espaciales se miraron unos a otros durante unos segundos. Taryitz se inclinó hacia delante sobre la mesa, descansando sobre sus puños.


“Hecho: en los cinco Capítulos bajo su mando, Horus ha instalado un sistema de logias guerreras de mundo salvaje que conoció en Davin. La organización imperial y estructura de mando indicada en el Codex han sido completamente rehechas.”


“Hecho: la mayor parte de los Marines en nuestros cinco Capítulos han repudiado su juramento de Marines y jurado lealtad a las deidades del mundo salvaje. Más aun, han jurado lealtad a Horus personalmente – Herejía y blasfemia.”


“Hecho: la campaña de Istvaan ha sido llevada a cabo sin tan siquiera la presencia de órdenes de Terra. Aunque no pretendo hablar en nombre del Emperador, no puedo creer que el uso de una bomba vírica en Istvaan III se pudiera justificar. Una sóla compañía de un solo Capítulo lanzada sobre el cuartel general rebelde hubiera resuelto el caso.”


“Yo digo que el Emperador debe saber ahora lo que está sucediendo aquí ¿Quién está conmigo? ¿Varren? ¿Qué dicen los Devoradores de Mundos?”

Un oficial de rojo uniforme se puso en pie.

“Hay quince hombres en los que puedo confiar. Son tuyos.”

“¿Garro?” Un Capitán de la Guardia de la Muerte alzó la vista.

“Una docena, desearía que fueran más.”

“Diez de los Lobos Lunares.”

“Veinte de los Mil Hijos.”

“Estad seguros de que todos ellos son completamente dignos de confianza. Si tenéis incluso la más ligera duda, no los enviéis. De mis propios Hijos del Emperador, hay diez de los que puedo estar seguro, incluyéndome a mí.”

Hubo una pausa mientras la escasez de sus fuerzas de hacía evidente.


“Setenta Marines,” dijo el Hermano Capitán Varren de los Devoradores de Mundos, “El total de los números de nuestros cinco Capítulos – ¿un buen presagio quizás?”

Un par de los otros sonrieron, y la tensión del momento se rompió.

“Setenta Marines.” Repitió Taryitz “Suficiente para cualquier misión, creo. Así que al trabajo. Varren, tus hombres tomarán el control de la fragata Einstein en tres horas a partir de ahora. Está en el extremo de la flota, y debería tener vía libre para saltar al espacio disforme.” Varren asintió.

“La Einstein está teniendo problemas con los sistemas de maniobra y dirección.” Dijo, con exagerada inocencia. “Ha estado retrasándose respecto de la flota todo el día.” Taryitz sonrió.

“Bien. El resto de nosotros se las arreglará para retrasarse junto a ella en caso de… posteriores problemas con la dirección. Dentro de tres horas a partir de ahora, reuniremos la tripulación completa para una reunión de emergencia. Mientras, nuestros hombres de confianza tomarán el control de las cinco naves. Apartad todas las naves restantes junto a la Einstein y cubridla hasta que realice el salto al espacio disforme. Entonces, causad tanto daño como podáis al resto de la flota. La historia nos dará la razón.”

Se volvió a Varren. “Tus Devoradores de Mundos son nuestra única esperanza,” dijo, “No falles.” Los ojos de Varren se pusieron serios.

“No podemos fallar,” dijo, “Hay demasiado en juego. Vuestras muertes serán vengadas.”

Del reglamento de la primera edición de los Marines Espaciales, p.7