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La visión de Tzeentch abarca el pasado y el presente, pero el futuro es distinto. Existen infinitos futuros, fragmentados en hebras que siempre estan cambiando. Los eventos presentes generan miles de hebras nuevas, que se entrelazan con otras miles creadas por cada ser vivente que existe en el universo. Ni tan siquiera el Gran Hechicero puede retenerlas todas en su cabeza. Este limite siempre ha preocupado a Tzeentch. Así pues, el Señor de la Mutación se dirigió al pozo de la eternidad, donde el espacio y el tiempo se crean y acaban. Pero no osó entrar en él. El Gran Hechicero, a pesar de su poder, no estaba seguro de poder sobrevivir a las corrientes del infinito. El pozo de la Eternidad dominaba sus pensamientos, pues era la llave para resolver el único acertijo que se le resistia, el único secreto que no podia conocer. Envió a los mas poderosos y leales de sus grandes demonios, pero ninguno regresó de entre las corrientes fluctuantes del pozo. 

Exasperado, Tzeentch agarró a su visir Kairos y lo lanzó al pozo. Para alegria de Tzeentch, el demonio sobrevivió, aunque por poco. Su cuerpo se habia convertido en el de un jorobado anciano, un envejecimiento antinatural para una criatura inmortal como ella. Sus poderosas extremidades se habian reducido a meros vestigios. El cambio más extraño fue que la cabeza y el cuello se habian dividido en dos, otorgandole al visir dos cabezas que actuan independientemente y se intercambian informacion del futuro.

Kairos puede ver cosas ocultas incluso a Tzeentch. Su cabeza derecha ve los futuros posibles tan claramente como el día. Ninguna maquinación se oculta de su mirada y las infinitas posiblidades del mañana cristalizan en hechos irrefutables. La cabeza izquierda ve el pasado sin las pequeñas deformaciones de la perspectiva o la vision sesgada.

Ahora Kairos se sienta a la diestra del Señor de la Mutación. Nueve veces nueve señores de la transformacion transcriben las palaras del oráculo utilizando plumas de sus alas y sangre de Tzeentch como tinta. Cada una de estas profecias es una pieza importante en las eternas intrigas de la corte de Tzeentch, aunque éste no se preocupa por estas intrigas, ya que cada fragmento del futuro escrito por sus demonios pasa a formar parte de su conocimiento, y su entendimiento de la eternidad cada vez es mas completo.

Unos pocos individuos muy poderosos han conseguido audiencias con Tejedestinos, despues de hazañas míticas en el nombre de Tzeentch. Se trata de una gran bendicion, pues el Oráculo conoce la respuesta a todas las preguntas y una de sus cabezas siempre dice la verdad. La otra simultaneamente da respuestas contradictorias, falsas pero igualmente creíbles. El dilema deja invariablemente al peticionario confundido e incluso totalmente desesperado.

En raras ocasiones envia Tzeentch a Kairos al campo de batalla, donde es conocido como Tejedestinos. Allí utiliza sus poderes mágicos y su presencia para influir en el curso de la batalla. Torrentes de energia disforme son liberados sobre el enemigo, deformando y transformando el propio cambio de batalla. Los guerreros mortales disparan y golpena a Kairos y su escolta en vano, ya que saben exactamente como moverse para evitar los disparos o el filo de sus armas. Pero este regalo tiene una consecuencia: Si Kairos sufre algun daño, regresará a la disformidad, temeroso de que su traicionero amo le haya ocultado el futuro.

 

Gracias de Circu de la Colmena por sacarlo del Codex Demonios.