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En el año 2353843.M34, la fragata imperial Mano de la Misericordia detectó una llamada residual en un mundo que se encontraba en la Nube de Ysobael, un sistema que orbitaba en torno a una pequeña y brillante estrella. Cuando el mundo fue explorado por la tripulación del Misericordia, todos sus habitantes fueron hallados muertos. Muchas de las heridas que tenían los cadáveres eran típicas de los Amos de la Noche. Tras una rápida investigación, la tripulación llevó a cabo un informe y una escuadra de exploradores del Capítulo de Marines Espaciales de los Mortificadores partió para evaluar la situación. A partir de los datos que recogieron, pudieron desentrañar muchos de los métodos que utilizaban los Amos de la Noche para conquistar los mundos que se cruzaban en su camino.

La legión del Acechante Nocturno estudiaba el planeta desde los cielos. Esto es evidente, pues destruían siempre los centros de comunicaciones (su primer objetivo) sin errar sus ataques. Aquí se llevaban a cabo verdaderas carnicerías, como lo demuestra la violencia de sus ataques. Los edificios y aparatos de comunicaciones nunca sufrían el más mínimo rasguño; evidentemente, los Amos de la Noche evitaban el uso de la artillería durante sus "limpiezas".

Sería más o menos en este momento cuando se cortaba abruptamente toda señal de alarma y los gritos y alaridos de las víctimas reemplazaban toda información de utilidad. Estos sonidos desmoralizantes, junto con la estática y las obscenidades susurradas por los Amos de la Noche, eran pasados por todos los canales de comunicación del planeta. Las masacres y los derramamientos de sangre eran retrasmitidos a la población a través de las gigantescas pantallas. Estas imágenes seguían siendo retrasmitidas, mediante una grabación, cuando los exploradores de los Mortificadores llegaron a Grendel.

Ninguno de los edificios del planeta fue dañado en modo alguno, lo que demostraba que los Amos de la Noche no estaban interesados en la mera destrucción. Si el planeta hubiera ofrecido algún tipo de resistencia, las pruebas de que había acontecido una gran batalla serían evidentes. La falta de combate encarnizado en un mundo que acumula un gran número de efectivos militares era un rasgo distintivo de las habilidades militares de los Amos de la Noche.

Tras destruir el suminstro de electricidad del planeta, la noche eterna se apoderaba de la atmósfera. Fomentaban esta situación mediante la detonación de explosivos nucleares en las zonas deshabitadas, lanzados desde los navíos que orbitaban en torno al planeta. El resultado de estas explosiones nucleares creaba tal cantidad de polvo que el planeta entero se veía sumido en la más completa oscuridad. En Grendel, este polvo aún oscurecía la luz del día cuando llegó la escuadra de exploradores. Los niveles de radiación en los cadáveres eran peligrosamente altos; presumiblemente, la caída de los dientes y del cabello y el deterioro del tejido cutáneo eran efectos secundarios que los Amos de la Noche perseguían conseguir.

El trauma psicológico causado por estas estrategias era un gran precio a pagar de por sí. Aproximadamente una tercera parte de la población optaba por suicidarse antes que enfrentarse a los Amos de la Noche cara a cara. Una vez se sabía de la llegada de los Amos de la Noche, la población se sumía en una profunda histeria y los Marines Espaciales del Caos comenzaban a practicar su deporte favorito: la matanza. Esta parecía haber durado semanas por los diferentes estados de deterioro en el que se encontraron los cuerpos de los habitantes del mundo de Grendel. Una investigación más exhaustiva reveló que el 14% de la población había muerto de miedo; la causa de su muerte no se debía a disparos de bólter ni a cuchilladas de espadas sierra, sino a una disfunción nerviosa total. Se encontraron muertos por igual hombres, mujeres y niños. El omnipresente silencio y la fantasmagórica luz del invierno nuclear resultaban altamente inquietantes incluso para los exploradores de los Mortificadores.

En el planeta no se encontró ningún cadáver de los Marines Espaciales del Caos de los Amos de la Noche. No obstante, debido a los símbolos dibujados con sangre en las paredes de los edificios y a los cenicientos cadáveres encontrados tendidos sobre sus camas, en los parques, etc. , resultaba evidente que la matanza de Grendel había sido obra de los Amos de la Noche. Solo esperamos que el sacrificio llevado a cabo por estas personas no hubiera sido en vano, nos ayudase a conocer mejor el modus operandi de esta legión y nos permitiera acabar con aquella amenaza para el Imperio.