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por Jonathan Hart

Arioch nació y se crió en la Sagrada Tierra, donde fue transformado en uno de los miles de Marines Espaciales del Emperador para la Gran Cruzada que llevó el Imperio de la Humanidad a ser la fuerza más importante de la galaxia. Inoculado con la semilla genética de los Amos de la Noche, sirvió con distinción en las filas de la Legión y ya había obtenido el grado de Capitán cuando la Cruzada llegó a Nostromo y los Amos de la Noche encontraron a su padre progenitor, el Acechante Nocturno.

Con Acechante Nocturno a la cabeza, Arioch asimiló rápidamente las nuevas tácticas instauradas por el Primarca, sintiendo en el fondo de su alma que esa forma de actuar era la que siempre le había atraído, por lo que desde el primer día se convirtió en uno de los sirvientes más dedicados y fieles de toda la Legión.

Después de la huida del Sistema Cheraut y la posterior destrucción de Nostromo, Arioch saboreó cada vez con más placer la extrema violencia que desarrollaba la Legión siguiendo las indicaciones de su Primarca. Lo único que molestaba a Arioch era que cada vez más y más marines de la Legión no fueran más que criminales y asesinos despiadados que no disfrutaban de la violencia si no por el mero hecho de serlo. Arioch intentó rodearse de los Marines más "puros" y convirtió las tropas bajo su mando en las más expertas en terror psicológico, cosa que le valió el ascenso a Comandante y una muy distinguida carrera de violencia pura y fría y calculada destrucción durante la Herejía de Horus y la campaña posterior al fin de la guerra.

Durante los miles de años de su atormentada existencia, Arioch ha sido testigo y protagonista de innumerables masacres y de destrucción a escala planetaria, pero no ha sido hasta hace muy poco, durante la 13ª Cruzada Negra de Abaddon, cuando ha logrado alcanzar su condición actual de Príncipe Demonio.

Su partida de guerra fue diezmada hasta el último hombre por los Caballeros Grises en una feroz confrontación muy desigual. Arioch luchaba ferozmente entre los cadáveres de sus hombres tratando desesperadamente de salvar el pellejo, matando a cuantos Caballeros Grises se colocaban a su alcance, hasta que, finalmente, su Espada Oscura logró morder la carne del Capitán de los Caballeros Grises y beber su alma. Esto le valió a Arioch la recompensa final de la demonicidad y ascendió en medio de alas de fuego al rango de Príncipe Demonio.

Cuando regresaba hacia el Ojo del Terror al final de la 13ª Cruzada, se cruzó con una partida de Guerreros de Hierro que estaban peleándose por la sucesión de su Maestro Armero caído en combate, así que Arioch decició que ya había llegado la hora de refinar un poco más sus tácticas de terror y "convenció" a los marines traidores para que le sirvieran. Desde entonces los ha dirigido de planeta en planeta con los navíos negros de la Inquisición pisándole los talones.

Actualmente, ha decidido ayudar a Ygethmor ante la perspectiva de dejar una profunda huella de terror en un nuevo confín de la galaxia.