Tyrus es un gran creyente en la mayoría de los más arcanos y religiosos juicios y pruebas empleadas para determinar la inocencia o culpabilidad de aquellos a los que investiga. Uno de los más populares es el Juicio de Balanza, en el cuál una muestra de la sangre del acusado es situada en un medidor de precisión como contrapeso a una misma cantidad de agua bendecida por un miembro de la eclesiarquía. Si la sangre tiende a ser más pesada, se cree que se mide hacia abajo la culpabilidad de los crímenes del donante y es condenado.

La prueba de la hoja es otra, que adquirió fama después de que Tyrus la utilizara en el Sércafon de Gladrinus VI. La hoja afilada de una pesada espada es empuñada por la mano del presunto hereje, el cual la debe contener sobre su cabeza mientras un Inquisidor narra la lista de acusaciones presentadas contra él en orden de severidad. Si pueden completar su hazaña sin deshacerse de la espada o sin que se derrame sangre por su filo, habrán probado su inocencia ante los cargos. Si se derrama sangre o la hoja se le resbala, la última acusación citada y las anteriores son ciertas.

Milagrosamente, Sércafon Hidrupasta superó con éxito la Prueba durante tres horas y media mientras Tyrus leía cerca de 1,000 cargos contra él.

Existen otros muchos tipos de juicios y pruebas. En el Juicio del Sello Sagrado, el acusado mantiene una tableta de cera sobre la palma de su mano y un sello ardiendo es aplicado en la tableta. Si la piel bajo la cera se quema, esto indica la culpabilidad del acusado. Si la piel continúa intacta es una indicación de la bendición del Emperador. Otras veces, Tyrus ha ordenado a aquellos a los que procesa que beban un vaso de agua bendecida. Si el acusado no puede hacerlo sin pararse o atragantarse, son presuntamente culpables, al haber sido incapaces de aceptar la pureza del Emperador. Tyrus también a hecho uso del Tarot Imperial, un proceso de adivinación que se cree guiado por el mismísimo Emperador., para determinar la inocencia o culpabilidad literalmente en una vuelta de carta. Muchos están conformes con el uso que hace Tyrus de tales métodos tradicionales y tienen la firme opinión de que no es el mismísimo Emperador y no el propio Tyrus el que juzga a los acusados.