Evidentemente, esta web utiliza cookies, estrictamente necesarias para su funcionamiento; no para fines publicitarios. Las cookies empleadas por terceros son ajenas a nosotros.

Durante el séptimo año de la Cruzada Corintia de 698M41, más de cincuenta regimientos de la Guardia Imperial y destacamentos de seis Capítulos del Adeptus Astartes tomaron parte en la guerra para liberar al sistema Corintio del dominio del Kaudillo Orko Skargor el Saqueador. Durante las últimas etapas de la cruzada, habían conseguido hacer retroceder a las tropas de Skargor hasta el mismo Corinto y los Orkos no habían malgastado ni un minuto en aumentar sus ya de por sí temibles defensas. Todos sabían que deberían pagar un precio muy alto en vidas para reconquistarlo.

Los Ultramarines fueron los elegidos para organizar el asedio y, en tres meses, las fuerzas imperiales ya habían destruido las defensas exteriores, con lo que la artillería de la Guardia Imperial empezó a bombardear la ciudadela principal de Corinto. En cuanto se hubo abierto una brecha en la muralla por la que se podía penetrar, un contngente a las órdenas de el Anciano Galatan, el por tador del Estandarte de Macragge, se lanzó al asalto final. El mismisimo Kaudillo Skargor dirigio la defensa de la muralla, con la certeza de que, ya ganara o perdiera, la batalla se acabaría rápido. El combate prosigió en aquella brecha de un kilómetro de ancho durante nueve días y provocó miles de bajas en ambos bandos. Cada vez que las tropas Imperiales flanqueaban, Galatan alzaba el estandarte en lo alto y eigía que todos los hombres de valor siguieran luchando. Centimetro a centimetro, los ataques fueron trepando, hasta que, justo cuando el sol del noveno día se ponía dejando un rastro de sangre tras él, Skargor y Galatan se enfrentaron en combate singular en mitad de la brecha.

El kaudillo era enorme, incluso para un orko, y su fuerza era la misma que la de un marine espacial. Cuando la descomunal garra de energía del piel verde le cortó el brazo derecho a Galatan, los Ultramarines rugieron de rabia al ver caer el estandarte. El Kaudillo se agachó para agarrar el asta del estandarte mientras su garra chisporroteaba energía. No obstante, aquel era un objeto sagrado tocado por la propia mano del Emperador, así que el orko no podía romperlo. El Anciano Galatan se situó rápidamente detras de Skargor y le atravesó la cabeza con su espada de energía dejándosela clavada en el cráneo; luego, recogió el estandarte y lo levantó en alto de nuevo. Volvió a dirigir la carga contra la brecha ayudado por sus poderes sobrehumanos de resistencia, que le permitían seguir siempre hacia adelante. Le hirieron tres veces más, pero su fuerza de voluntad le impedía caer hasta haber ganado la batalla. Cuando las tropas imperiales consiguieron finalmente tomar la brecha y millones de soldados penetraron en la ciudad, Galatan clavó el estandarte sobre la brecha y sus manos fueron resbalando por él hasta que la muerte se lo llevó.

Tomado de la pagina de GW.es