Lágrimas negras - Trasfondo de ejército EO

16 años 1 hora antes #10229 por Wyand
Buenas!

Acabo de terminar el trasfondo de mi ejército Eldar Oscuro para un torneo, por lo de la organización del ejército, y nada... he pensado en postearlo a ver qué os parece.

un saludo!


Lagrimas Negras

Los proyectiles pasaron silbando muy cerca del casco del Alastor Kel Urect, un guerrero experimentado en decenas de batallas contra los mon-keigh, pero ésta vez algo iba mal. Kel Urect miró hacia la retaguardia del ejército y pudo comprobar cómo el Devastador era abatido por varios impactos de misiles y se transformaba en una bola de fuego que caía desde doce metros de altura hasta estrellarse contra el suelo; justo tras haber volatilizado a dos exterminadores. Volvió a mirar hacia el frente, sabía cual era su misión, abrir el portal. Antes de que su unidad pudiera tan siquiera seguir avanzando cayó sobre ellos un fuego intenso, Kel Urect escuchó por el intercomunicador de su yelmo cómo sus compañeros de unidad eran abatidos, cuando se giró para comprobar las bajas sólo quedaban la mitad de los efectivos… Armándose con el valor y determinación que les quedaban, corrieron en solitario contra el enemigo; que enarbolaba banderas con grandes cruces negras. Kel Urect cargó al límite de sus fuerzas hacia el frente cuando el proyectil de bolter impactó en su pierna izquierda, luego otro en el hombro derecho y finalmente uno le destrozó medio yelmo, siendo derribado junto con sus compañeros, ya en el suelo, y antes de caer inconsciente, pulsó la runa de apertura del portal… no había fallado: “He cumplido con mi cometido, mi Señor, podéis juzgar mis palabras por mis obras…” llegó a musitar antes de que la oscuridad le ganase.

Mientras tanto, en otro punto del campo de batalla, la escuadra “Agonía de Kovach” cubría el avance de los Hemónculos Krisarieg y Ur-Brateg… el Alastor Kovach miraba intranquilo de vez en cuando hacia atrás… no le gustaba tener que escoltar a los dementes Hemónculos, pues no se fiaba de que en un momento de “lucidez” decidiesen probar el funcionamiento de sus destructores con su tropa. Sus órdenes eran claras, avanzar por el flanco de los mon-keigh para que los Hemónculos situasen el segundo portal, estaba decidido a que, cuando eso sucediese, se llevaría a los suyos bien lejos de ellos. De pronto se escuchó una gran deflagración, Kovach miró hacia atrás justo para ver cómo derribaban el Devastador, que caía envuelto en llamas cerca de su posición… ordenó a la tropa marchar hacia el interior de un edificio en ruinas desde donde proseguir su avance aprovechando la cobertura, los Hemónculos permanecieron por un momento como hechizados, seducidos por la bola incandescente en la que acababa de convertirse el vehículo, “¡¡Krisarieg!! ¡A la cobertura!” ordenó Kovach, pues sabía que si fallaba en la protección de cualquiera de los dementes científicos, lo pagaría con su vida ante el Arconte.



Desde la disformidad, el Arconte Sagrat observaba con ira como la avanzadilla caía bajo una lluvia de plomo en el campo de batalla; alguien había cometido una gran equivocación. Según los informes de los exploradores, el mundo de Joram era una colonia de mon-keigh abandonada por su Imperio hacía años, sin apenas capacidad de ofrecer resistencia; una gran oportunidad de conseguir esclavos. Pero alguien se había confundido, frente a ellos tenían una hueste bien pertrechada de mon-keigh que defendía a ultranza los derruidos edificios de la zona. Volviéndose hacia sus sirvientes, que se afanaban en terminar la apertura del portal, dijo con una voz fría bajo su máscara de piel humana:

- “¿Cuánto falta?”- Los deformados sirvientes le miraron con ojos temerosos y musitaron un “minutos, mi Señor” con voz siseante. Sagrat hizo rechinar sus dientes y apretó el gatillo; uno de los sirvientes se desplomó con el cráneo reventado por un impacto de la munición cristalina, el sirviente restante observó aterrorizado cómo su señor inspiraba profundamente, absorbiendo el alma del caído –“Que sean segundos” – ordenó Sagrat pletórico de ira mientras un escalofrío le recorría el cuerpo.



Desde sus posiciones, las escuadras de los Alastors Urel y Tarekh descargaban el potencial devastador de las Lanzas Oscuras contra los últimos exterminadores que cayeron con sendos agujeros en sus armaduras. Un tremendo rugido de motor asaltó su posición por el flanco derecho cuando un Land Raider Cruzado comenzó a descender por una colina a toda velocidad hacia ellos… posiblemente, para desembarcar su mortífera carga a distancia de asalto. Ambos Alastors se giraron hacia la nueva amenaza y se miraron, llevaban combatiendo juntos el suficiente tiempo como para saber qué es lo que tenían que hacer, menos de un segundo después ya gritaban órdenes a los artilleros para que desintegrasen el vehículo “¡Hacedlo añicos!” bramó Urel estremeciéndose casi imperceptiblemente ante el pensamiento de la masacre que las lanzas iban a provocar.

La escuadra de del Hermano Terion de los Templarios Negros mantenía su posición tal y como el plan de batalla le indicaba, disparando el cañón laser contra las posiciones defensivas de esos piratas xenos… sonrió para si cuando observó como una unidad entera del ejército enemigo caía abatida por los disparos bolter de sus hermanos de batalla… pronto se haría de noche, pero el enemigo no llegaría a ver la luna alzándose en el cielo.


Finalmente, la escuadra de Kovach penetró en el edificio en ruinas que les serviría de parapeto para continuar con su avance, debían escoltar a los Hemónculos lo más cerca posible de las filas enemigas. Con unos rápidos signos con las manos ordenó a sus tropas que asegurasen la zona mientras pensaba el siguiente movimiento. Miró hacia atrás tan solo para comprobar cómo los Hemónculos revisaban ansiosos su arcano equipamiento, un extraño escalofrío recorrió la espina dorsal de Kovach cuando los observó, pasase lo que pasase en un futuro… estaba seguro de que preferiría morir a manos de cualquier enemigo a vivir en manos de un Hemónculo. Volvió su atención al campo de batalla y con cuidado observó a través de una abertura en el rococemento de la pared que le permitía ver el espacio que se abría ante él, apenas unos veinte metros frente a su posición se encontraban los restos de otro edificio, tras el cual estaban las primeras filas de los mon-keigh, miró a sus hombres y con un asentimiento de cabeza avisó a los Hemónculos, éstos a su vez sonrieron de manera siniestra…

Con un rápido movimiento, la escuadra abandonó la cobertura del edificio en el que se encontraban y corrió hacia la posición donde se desplegaría el segundo portal, cuando se encontraban a tan solo unos metros un intenso fuego de proyectiles les salió al encuentro procedentes de una esquina del edificio al que se dirigían. Los guerreros eldar oscuros aullaron de dolor cuando fueron derribados por la intensa lluvia de proyectiles, mientras caían aún disparaban. Los guerreros que portaban los blaster dispararon sus armas, convirtiendo a dos de sus atacantes en una masa sanguinolenta de restos humanos, mientras que los que portaban los cañones cristalinos vaciaban sus cargadores sobre el resto de la escuadra, permitiendo así que los Hemónculos pudieran cumplir con su cometido. Un enemigo más cayó cuando su servoarmadura fue atravesada por multitud de cristales, pero se encontraban ya muy cerca, Kovach observó cómo sus enemigos activaban sus espadas sierra y se lanzaban a la carga, tan solo eran tres, pero él ya se había enfrentado antes a estos superguerreros modificados genéticamente y sabía de su potencial. Ansioso, miró a tras para comprobar que los Hemónculos efectivamente hacían su trabajo… por lo que él se dedicó al suyo; con un agudo grito se lanzó a la carga contra el enemigo esgrimiendo el largo látigo que formaba su agonizador. Cuando los Templarios Negros llegaron al asalto sus espadas sierra, atravesaron el aire, pues los primeros eldars oscuros con los que debían toparse saltaron por encima de sus cabezas y ensartaban a uno de los marines con sus afiladas bayonetas, mientras tanto Kovach había logrado adelantarse en el combate y con un rápido movimiento de su agonizador, que crepitó de energía, agarró la cintura del marine partiéndolo en dos; cuando la sangre del guerrero mon-keigh salpicó su rostro sonrió y estalló en carcajadas al ver que tan solo quedaba uno de sus enemigos, el cual había despedazado a los tres atacantes que había interceptado.

Mientras tanto, los Hemónculos preparaban tras ellos la apertura del portal, entonces con un torbellino de polvo, una escuadra de asalto marine se lanzo en picado contra ellos, atacándolos por la retaguardia. Al percibir su llegada, Krisarieg comenzó a reír nerviosamente mientras alzaba el cañón de su destructor hacia los marines, antes de que éstos tocasen suelo el ácido proyectado desde el arma del Hemónculo deshizo en el aire a tres marines, convirtiéndolos en masas informes de carne chamuscada. Los restantes marines tocaron suelo y se lanzaron a la carga, pero Krisarieg ya se había adelantado y los esperaba en su posición dispuesto a combatir para darle tiempo a Ur-Brateg de que dispusiese el portal.


Las lanzas oscuras descargaron su destructivo potencial contra el blindaje frontal del Land Raider, dos de los cuatro disparos salieron rebotados de su blindada superficie, pero otros dos acertaron. Uno de los impactos destrozó el bolter de asalto acoplado del vehículo mientras que el otro dio de lleno en el habitáculo, durante unos segundos el vehículo continuó avanzando pero acabó desintegrándose en una bola de fuego calcinando a todos cuantos había en su interior. Tarekh lanzó un agudo chillido de aprobación cuando comprobó los efectos de su devastadora andanada de disparos y pensó en la recompensa que su Señor le daría por la masacre cometida.



El Hermano Terion observó consternado cómo el Land Raider Cruzado que transportaba la unidad de asalto de exterminadores junto con el Paladín del Emperador se desintegraba en mil pedazos con los que había en su interior, algo en él se rebeló y sintió que sus hermanos de batalla sufrían lo mismo… no podía permitir que la muerte de sus camaradas quedase sin castigo por lo que decidió salir a la carrera en dirección a la unidad que había echo volar el Land Raider. Saltó la barrera de plastiacero que les servía de cobertura y cargó, sintió tras él a sus hermanos y sabía que todos pensaban como él, harían pagar a esos xenos la muerte de sus compañeros de capítulo.


Finalmente, todo estaba dispuesto, el Arconte Sagrat de la Cábala del Corazón Negro se estremeció imperceptiblemente ante la perspectiva del banquete que se ofrecía ante él. Poco a poco la abertura espacio-temporal de los Portales se abrió ante los incursores que aguardaban desde hacía rato. Se giró hacia el piloto y comprobó que junto a él se encontraban sus valiosos Íncubos, y entre ellos, en silencio, distinguió la silueta de Drazhar. Asintió para si y dio la orden de poner los motores a plena potencia en cuanto la abertura se hubiese completado. Cerca de su incursor distinguió el transporte del Culto al Dolor, contratar a las Brujas de dicho culto le había salido por un alto precio, pero sabía de su potencial. Las observó durante unos segundos mientras el portal terminaba de abrirse, las vio ansiosas y comprobó como se inyectaban las drogas que potenciarían sus cuerpos en la batalla. Las contempló desde la lejanía, recorrió sus esbeltos y sensuales cuerpos prácticamente desnudos, las vio sosteniendo sus armas de gladiadoras mientras lanzaban sus gritos de batalla ansiosas de entrar en combate, tan sensuales y terroríficas para cualquiera que se enfrentase a ellas. Un segundo después, la abertura de los portales se había completado, con un poderoso rugido los motores de los incursores impulsaron los vehículos gravitatorios a través de los portales haciéndoles entrar en el corazón de la batalla, Sagrat comenzó a reír.


Krisarieg decapitó con facilidad a uno de los marines, sin embargo aún le rodeaban otros tres. Esquivó con agilidad sus golpes, excepto el último, que se hundió en su costado derramando su negra sangre… el Hemónculo sintió una mezcla extraña entre dolor y placer que hizo que su cuerpo se estremeciera, miró al marine que le había herido y sujetó su espada sierra contra su propio cuerpo, sintiendo aún como los afilados dientes de la sierra desgarraban su carne, lanzó una rápida estocada con su arma y rebanó los brazos del marine, que tambaleándose cayó al suelo herido “Este parece interesante…” pensó Krisarieg relamiéndose los labios. Un instante después sintió el característico temblor en el tejido de la realidad que le indicaba que su compañera Ur-Brateg había abierto el portal, sonrió aún más ampliamente mostrando unos afilados dientes cuando vislumbró el incursor de su Señor cruzar la abertura y lanzarse a toda velocidad contra las posiciones de los marines. Ur-Brateg ya se encontraba junto a él, ambos se mantuvieron enfrascados en su combate cuerpo a cuerpo contra los marines mientras los dos portales vomitaban su mortífera carga.

Mientras tanto, Kovach reagrupaba su escuadra tras haber acabado con el último marine e instaba a sus guerreros a que se apartasen del portal cuando de su interior surgió la silueta mortífera de un Talos. Kovach había visto cientos de veces en combate a éstas creaciones de los dementes Hemónculos, eran aparatos de tortura armados con poderosas garras de energía que despedazaban todo cuanto rozaban para después engullir la esencia vital de sus víctimas. Sintió la fluctuación de los motores gravíticos del monstruo y lo vio alejarse en dirección a una escuadra de marines que inútilmente disparaban contra él, pues Kovach sabía que sería sus últimas acciones.


Tarekh y Urel disfrutaron durante unos segundos de la carnicería que habían provocado, pues sabían que con ella habían asestado un duro golpe al enemigo, pues, como acababan de comprobar, varias unidades de Templarios Negros cargaban cegados por la rabia en su dirección. Ambos Alastors ordenaron a sus soldados que dirigieran las armas hacia dichas unidades enemigas y abriesen fuego en cuento estuviesen preparadas. Sin embargo, segundos antes de que sus artilleros apretasen los pulsadores de las Lanzas, Urel divisó cómo del portal abierto por Kel Urect; que yacía inconsciente a los pies del portal; salía a toda velocidad un incursor. Ni con los avezados reflejos de los eldar oscuros pudieron seguir con facilidad el rápido vuelo del vehículo, pero no tardaron en distinguir los colores del blindaje… sin duda era el incursor perteneciente al Culto al Dolor, la Cábala de Brujas que había contratado el Arconte Sagrat.

En apenas unos segundos el incursor se situó en posición de desembarco y de sus plataformas saltaron a la carga la decena de brujas aullando y gritando consumidas por el ansia de la batalla en dirección a una escuadra marine que estaba próxima y que había sido pillada por sorpresa por el vehículo.


El Hermano Terion a penas tuvo tiempo de reaccionar cuando el rápido vehículo de transporte xenos alcanzó su posición y desembarcó a sus ocupantes, ni tan siquiera pudo reorganizar a sus hermanos para afrontar la carga de sus atacantes. En milésimas de segundo, su unidad de combate estaba sumergida de lleno en un torbellino de cuchillas y muerte. Con dificultad pudo distinguir quién o qué les atacaba, para su sorpresa estaban rodeados de lo que parecían mujeres prácticamente desnudas que esgrimían redes y tridentes además de otras armas extrañas. Intentó atacar a una de las extrañas mujeres, pero ésta le esquivó con una facilidad pasmosa que le hizo sentir como si fuese un niño atacando al viento. Escuchó los gorgoteos de sus hermanos de batalla tras él y cómo eran despedazados en el mismo sitio en el que caían, sabía que iba a morir… pero moriría por el Emperador y llevándose a todos los xenos que pudiese. En ese momento la vio, era otra de esas extrañas mujeres, solo que más alta y extremadamente hermosa. Caminaba de manera sensual hacia él mientras hacia restañar su látigo de energía, por un momento le pareció escuchar una siseante voz que le decía “Alégrate, humano, pues vas a morir a manos de Dareth la implacable”, con un rugido, el Hermano Terion se rebeló contra el embelesamiento de la xenos y se lanzó a la carga contra ella, lo último que escuchó fue la juguetona risa de la extraña mujer…


Tras el incursor del Culto al Dolor surgió otra figura, Tarekh y Urel no estaban seguros en un inicio de lo que podía ser, pues incluso ellos desconocían de cuantas fuerzas disponía su amo y señor. Quedaron paralizados cuando vieron surgir del portal otro Talos, segundos antes habían visto en la lejanía cómo del segundo portal aparecía uno… pero ¿dos? ambos Alastors se miraron sorprendidos y segundos después estallaron en risas tan solo para volver a ordenar a sus tropas que abriesen fuego contra otra unidad de los Templarios Negros que se lanzaba a la carga contra ellos… los cuatro disparos de las Lanzas Oscuras impactaron de lleno en sus enemigos, volatilizando a cuatro de ellos… tan solo uno continuaba la carga. Tarekh se relamió los labios y saltó la protección de la cobertura para saciarse con el marine restante.


La batalla se tornaba en contra para los defensores del Imperio, pues no habían contado con la extrema rapidez de sus enemigos ni con que contasen con arcanos artilugios capaces de abrir puertas a la disformidad. Pero eran marines espaciales, del capítulo de los Templarios Negros y no se rendirían tan fácilmente. Eran siervos del Emperador y su fe en él era imperecedera. Dos unidades tácticas dispararon sus lanzamisiles contra el incursor en el que cargaba el que parecía ser el líder de los xenos, extrañamente los artilleros no pudieron fijar el blanco con toda la puntería necesaria… parecía como si hubiese una espesa neblina oscura envolviéndolo. Los misiles impactaron demasiado alejados del objetivo, el cual lo tenían prácticamente encima…


Sagrat sobrevoló una escuadra táctica de los marines con el incursor, riendo cuando observó como las esclavizadotas arrancaban la cabeza de uno de los marines al pasar sobre él “El Incursor ya tiene un nuevo trofeo…” pensó el Arconte de la Cábala del Corazón Negro. Un segundo después se encontró a escasos metros de su objetivo, el cuartel general del enemigo. Con ágiles movimientos, los Íncubos, la guardia personal del Arconte saltaron del vehículo junto con su Señor y Drazhar, eran la élite de los guerreros de Commorragh, alistados en sus puestos tras largos años de combate y perfeccionamiento. Silenciosos y mortíferos cargaron contra sus enemigos blandiendo los castigadores que crepitaron llenos de energía, frente a ellos se encontraba el centro neurálgico del ejército Imperial, Sagrat se relamió pensando en la exquisitez de sus almas.


La escuadra táctica del Hermano Stirlen comprobó anonadada cómo sus disparos bolter rebotaban contra el caparazón de esa criatura, pensaban que era un vehículo… pero algo en su fuero interior les dijo que, fuese lo que fuese… “eso” estaba vivo. Cuando no quedó ninguna otra opción, miró a sus hermanos y asintió, debían abandonar la cobertura y cargar contra ese ser. Cuando ya se encontraban a escasos metros del Talos, éste disparó una andanada de fuego cristalino desde la punta de su aguijón, uno de los hermanos de batalla de Stirlen que cargaba en cabeza cayó al suelo atravesado por uno de los impactos, pero aún así, siguieron cargando. Rodearon a la criatura intentando esquivar sus poderosas pinzas, sin embargo, esa “cosa” se alzó flotando sobre ellos hasta el nivel de sus cabezas y parecía que sus ataques a penas podían herirle. Entonces Stirlen activó su espada de energía y se situó debajo del aparato, con toda la fuerza de sus músculos mejorados genéticamente hundió en el abdomen de metal de la criatura su espada, pero ésta se partió en el interior de la criatura. Un líquido verdoso y viscoso se filtró por la herida, sin embargo el Talos continuó luchando aparentemente sin sentir el daño. En apenas unos segundos y con unos rápidos movimientos de sus pinzas decapitó a la práctica totalidad de la escuadra táctica, Stirlen y el marine superviviente decidieron alejarse a una posición de cobertura desde la cual disparar al Talos, pues habían comprobado que más valía estar alejado de sus pinzas. Mientras corría, Stirlen miró a tras y vió horrorizado como ese ser profanaba los cuerpos de sus hermanos caídos engullendo sus fluidos vitales hasta dejarlos completamente convertidos en pellejos resecos.

El Alastor Kovach observó divertido cómo los dos marines que habían sobrevivido al poderoso ataque del Talos se alejaban huyendo, pero no les dejó continuar con vida. Ordenó a sus tropas que abriesen fuego en cuanto los enemigos estuviesen a tiro, éstas obedecieron de inmediato y pocos momentos después una lluvia de proyectiles cristalinos cayó sobre los marines que acabaron desplomándose incapacitados en el suelo. Kovach sonrió, sabía que serían un magnífico presente para su Señor.

Mientras tanto, los dos Hemónculos habían acabado con la escuadra de asalto de los marines espaciales, ambos estaban heridos pero parecían disfrutar con su propio dolor. Kovach los observó un momento y no pudo evitar sentir un escalofrío de temor al observar como ambos Hemónculos se disponían a “estudiar” in situ al marine superviviente… finalmente, Kovach decidió apartar la mirada.


De pronto un agudo chillido cruzó el campo de batalla, desde el cielo cayeron en picado una decena de figuras aladas que esgrimían grandes cañones cristalinos, eran los Azotes de la Cábala, y traían la muerte desde el cielo para una escuadra que había permanecido a cubierto mientras disparaba contra el incursor del Arconte. Mientras caían desde las alturas, los Templarios Negros abrieron fuego contra ellos derribando a dos y haciendo que sus estilizados cuerpos se estrellasen con fuerza contra el suelo unos metros más allá, pero la mayoría de la escuadra de Azotes había alcanzado su objetivo. Nada más poner un pie en el suelo la escuadra disparó a bocajarro todo su armamento contra la retaguardia de la escuadra marine, todos perecieron ante la inmensa andanada de disparos de los cañones cristalinos y de los rifles.


El Arconte y su escolta asaltaron la posición del cuartel general de los Templarios Negros. Allí los aguardaba el Mariscal Tadeus Magglar, acompañado de varios Hermanos de Batalla y un apotecario. Sagrat se abalanzó directamente contra Tadeus mientras su escolta se repartía para acabar con la escuadra de mando. Ambos generales se mantuvieron la mirada unos segundos, “Soy Tadeus Magglar, Mariscal de los Templarios Negros, y ¡¡soy quien te dará muerte escoria xenos!!” vociferó el Mariscal de los Templarios, “Tu nombre no me importa, mon-keigh, tan solo has de saber que vas a morir” le replicó el Arconte con una turbadora tranquilidad mientras aguardaba el momento de acabar con su enemigo… saboreando la tensión del momento.

Drazhar partió en dos a uno de los marines que formaban la escolta del Mariscal, se movía con rapidez, danzando alrededor de sus víctimas como si fuese un bailarín que llegaba en silencio para repartir la muerte entre los que le rodeaban. Alcanzó a otro marine y acabó con él con la misma rapidez, Drazhar era una asesino frío e implacable que no se detenía a jugar con sus presas como hacían las brujas o los dementes Hemónculos, no, él vivía para matar… y había convertido esa forma de vida en un arte.

Tras pocos momentos, tan sólo quedaba el Mariscal Tadeus en pie, encarado orgullosamente ante el Arconte de la Cábala del Corazón Negro. Si iba a morir, haría que su vida costase un alto precio. Exasperado por la parsimonia de su enemigo, el Mariscal se lanzó a la carga… era todo lo que el Arconte necesitaba. Sagrat esquivó con facilidad el ataque del Mariscal y con un rápido movimiento sesgo el brazo del Templario con su agonizador… no iba a matarlo, no inmediatamente. Tadeus aulló por el dolor, pero la servoarmadura actuó con rapidez vertiendo en su torrente sanguíneo coagulantes e inhibidores del dolor; con un rápido movimiento recogió su espada de energía de su brazo amputado y se volvió trazando un finta para alcanzar a su enemigo, pero tan solo cercenó el aire. Un momento después Sagrat privó al orgulloso marine espacial de su brazo restante y lo empujó al suelo inmovilizándolo con su pie, “Tu vivirás… mon-keigh, al menos un tiempo… mientras me diviertas en Commoragh…” dijo el Arconte antes de estallar en carcajadas que reverberaron por todo el campo de batalla, a las cuales poco a poco se fueron sumando las de sus guerreros… mientras la luna ascendía en el firmamento.

Los Eldar Oscuros habían conseguido una gran victoria.


Ejército mejor pintado 3º Norteños [EO]--
Destructor de Monolitos

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Podéis ver mis trabajos en: [url:5mg7ok8i]http://picasaweb.google.es/114803627865537619990[/url:5mg7ok8i]
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15 años 11 meses antes #10232 por Lord Kratos
Joder, que guapo....
El unico error que veo es el nombre, si dices Lagrimas negras todo el mundo pensara en la Lágrimas Negras de Ulthwé xDDDDD
Pero muy bueno, a mi me ha parecido guapo y entretenido de leer

[url=http://www.youtube.com/watch?v=BZwuTo7zKM8&feature=related:nko7c6xu]Brave, Brave, Brave, Brave, Sir Robin...[/url:nko7c6xu]
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15 años 11 meses antes #10263 por Grimne
Estos Xenos... Me solidarizaré con los Templarios, aunque nuestras filosofías con respecto al Codex Astartes sean tan diferentes.:) Me ha parecido detectar un caso grave de servoarmaduras y espadas de energía de papel, por no hablar del LR lleno de granadas de plasma que mata a todos los EXTERMINADORES y al Paladín al estallar. En fín, suppongo que todos barremos para casa...

Por otra parte, me parece que las actitudes y la psicología de los EO están clavadas.

[img:3ppbkf6b]http://img33.imageshack.us/img33/6517/firma2joy.jpg[/img:3ppbkf6b]

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15 años 11 meses antes #10268 por AGRAMAR
Los Eo suelen poner unos nombres mucho mas....gores..tales como la Kabala del corazon desgarrado o de las garras de la noche....que tal lagrimas del dolor..?:unsure:

[img:rl5ziuli]http://www.labibliotecanegra.net/images/firma_agramar.gif[/img:rl5ziuli]
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15 años 11 meses antes #10276 por Wyand
Buenoo veo que no ha gustado mucho xDxD

Lo del título tenéis razón, pero weno, lo escribí en hora y pico y a penas me puse a repasarlo después. De todas maneras, a mi me gusta y para lo que tenía que ser, sirve.

Respecto a que barra o no para casa, eso está clarísimo. Si haces un trasfondo de tu ejército no vas a poner que no ganen o no los vas a engrandecer, de echo, me remito a cualquier codex de cualquier raza en donde se describa alguna batalla y veréis como la raza a la que pertenezca el codex, arrasa vilmente a quien se enfrente. De todas maneras, lo que he puesto son cosas viables; lo de petar el Land Raider con 4 disparos de Lanza Oscura es más que posible (ya lo he echo varias veces) y cualquiera que se haya enfrentado a una unidad de brujas o al CG cebado de los eldar oscuros sabe que barren. Lo que si doy la razón es que tendría que haber puesto al CG de los Templarios más movido... ahi si que me he pasado y lo reconozco.

Pero weno, que me gustó y a la organización del torneo, también xDxD que es lo que cuenta


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15 años 11 meses antes #10277 por Grimne
Jajaja... Que no hombre, no es que no haya gustado, simplemente me pico porque mis Hermanos Marines no ganaran. Ojo, no me quejaba de que el LR muriera de 4 Lanzas, sino que los Termis y el paladín fallaran TODAS sus tiradas de salvación por armadura. Vamos, que digo yo que alguno podría haber quedado. Pero tranquilo hombre, como decía, todos barremos para casa. :P

Y en cuanto a lo del transfondo, lo he visto muchas veces, está clarísimo, cada vez que sacan un ejército nuevo, en el informe de la WD barren y en su codex también, ¡pero mucho más! :laugh:

No es que me queje, ya que a todos nos gusta que ganen nuestros chicos (O chicas)

¡Ánimo con tu Cábala!

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