La batalla por la ciudad de Kadesk

El comandante Kais, salto hacia atrás con su armadura táctica Crisis mientras barría el suelo con el lanzallamas montado en el brazo izquierdo de la misma. La figura salto pro encima del arco de fuego esgrimiendo su gigantesca guadaña, Kais lo estaba esperando, en su brazo izquierdo el Blaster de Fusión descargó dos lanzas de luz coherente sobre la figura, el haz impacto en el hombro del ser, que estallo en mi pedazos derribándole sobre el suelo recalentado por el lanzallamas.

- ¡Corromperé tu cuerpo poco a poco! –Rugió el ser al tiempo que se intentaba levantar. Pero una lluvia de proyectiles de inducción y láser acribillo la zona donde estaba. El ser comenzó a chillar enfurecido cuando en ese momento un bulto surgió de su espada y se arrastro hacia el brazo mientras derramaba todo tipo de fluidos corrompidos, cuando llego a su mano una luz surgió del mismo y hubo una especie de explosión que cegó y tiro de espalda a Kais aún dentro de su armadura táctica de 4 metros de altura. Cuando la luz remitió, no había rastro del paladín.
- Equipo Garra, ¿donde esta?
- ¡Comandante Kais! ¡Los Kroots y los Gueve'sa! – Grito un guerrero del fuego.

Kais se giro para ver la situación de sus auxiliares, era dantesco. Todos los auxiliares, tanto los Kroots como los humanos estaban muertos. Sus cráneos habían reventado como si tuvieran una bomba en su interior.

- ¡Un psíquico! – Exclamó Kais.
- Mi comandante, eso son supersticiones de los Gueve'sa y los locos del caos.
- ¡Supersticiones? El Dolumar IV luche contra una superstición de mas de 10 metros de altura. Créeme esas cosas existen.
- ¿Y por qué a nosotros no nos ha pasado nada?
- Aquel admirante... dijo algo sobre que somos resistentes a esos poderes, que nuestra mente era muy difícil de corromper.
- ¡Es la fuerza del Bien Supremo! Si creemos firmemente en las palabras de los etéreos no caeremos bajo su poder. – Kais recordó como un etéreo había muerto a manos de aquel hombre, y tenia claro que no era eso lo que les protegía, pero entendía que debía guardar silencio para mantener la ya mermada moral de sus hombres.
- Incinerad los cuerpos. Llamar a los transportes, necesitaremos al menos una escuadra de rastreadores con marcadores telemétricos y que monten mísiles buscadores en los vehículos. A partir de ahora solo actuaremos los Tau, dejemos los auxiliares para mantener las fortificaciones. Ese paladín no volverá a reírse de nosotros.

Muy bueno, no es común encontrar relatos con lo Tau de protagonistas, me está gustando mucho, es la raza que menos controlo, y al leer tu relato me asalta una duda, en lo referente a reacciones, sentimientos... ¿no son demasiado "humanos" tus personajes?

Ánimo y publica más! xd

Es que como tu has dicho, no hay muchos relatos de Tau o de Kroots, cuesta meterse en los papeles. Además no es algo que quiera hacer, ya se vera porque.

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Gekar se arrodillo junto al cuerpo febril del anciano Kroot, el Gran Kroot Kashera agonizaba, la infección lo estaba devorando, pronto se convertiría en uno de esos seres, y si albergaba alguna duda un Shas’el con la armadura NBQ de infantería estaba al lado de su camastro asiendo con fuerza su carabina de inducción, las despejaba. De hecho Gekar no podía acercarse más al anciano, una lamina de plazz trasparente se separaba, suficiente según los médicos de la casta de tierra para evitar que la infección pudiera salir, pero suficientemente débil como para que los disparos del veterano guerrero la atravesaran y acabaran con el sufrimiento del kroot.

- Gekar... debes... escuchar.
- Por favor, no malgastéis...
- ¡Silencio! – El moribundo cuerpo se retorció con una energía tal que el veterano tau dio un respingo. – Aun tengo... la fuerza para hacer que obedezcas.
- Si.
- Debes... debes proteger a los nuestros, sirve a los tau, y venga la muerte de tus camaradas. Guíalos...
- Pero yo no soy digno. – El anciano sonrió.
- Entonces nadie lo es... Gekar, si no eres digno todos tus camaradas morirán aquí, así que debes serlo. – Señalo un bulto que había al otro lado del plazz, eran las espadas de Kashera. – Úsalas con honor, y húndelas en la carne de ese maldito ser que me ha hecho esto si tienes la oportunidad.
- Lo haré.
- Bien, eso quería oír. Pero he de pedirte otro favor... debes... acabar conmigo.
- ¿Cómo?
- Haz de... hacerlo... casi siento como me llama... quiero seguir siendo yo cuando abandone este mundo.
- Pero...
- ¡Por favor! –Tosió sangre. – No quiero traicionar a los míos, no... – volvió a toser. – no quiero que el ser que ha hecho esto me lleve.

Gekar miro el cuerpo lleno de llagas del anciano. No había esperanza, ni solución, solo la oportunidad de dar algo de consuelo a un moribundo.

- Guerrero. – Dijo al tau. – Por favor, dame tu arma un momento. – El veterano le miro con gesto acerado.
- Espero que alguien haga lo mismo por mi si acabo como él. – Dijo al tiempo que le cedía el arma. – Después de disparar pulsa el botón rojo y sal corriendo conmigo, hay una carga incendiaria bajo su cama. – Gekar bajo el rastro entristecido, era lo que se debía hacer.

Se giro y apunto al anciano.

- No falles. – Dijo el Gran Kroot. – Has hecho feliz a este anciano. – Y sonrió.

Y Gekar pulso el gatillo e instantes después el botón rojo, luego el veterano le saco de un tirón y la tienda donde estaban ardido por los 4 costados. Ni siquiera había visto el ultimo gesto de su líder, de haberlo hecho habría visto una expresión de paz.

Cogió las espadas del anciano, y también pudo ver como estaba su capucha, con gran ceremonia mientras veía arder la tienda se las coloco. Confiaría a sus cazadores a la comandante, el tenía una misión mas importante.

k ya no sigue???
xd ahora que me habia aficionado a esta historietaa jaja
pd: me gusta mucho esta!!