El capítulo Caballeros del Sur, es sucesor del los Ultramarines y su planeta natal es Dixie II que pertenece a una pequeña confederación planetaria situada en extremo sur de la galaxia.
Dixie II es un planeta agrícola que se dedica al cultivo de “filo algodón” y “nicotintabaco” el monopolio de estos productos lo tienen unas cuantas familias de rancio abolengo , el cultivo, recogida y manufactura de estos productos es realizado por miles de “tecnoexclavos” propiedad de cada familia, esto no es bien visto por los dirigentes de Terra , no tanto por la utilización de estos “tecnoexclavos “ como por los beneficios que da el comercio de “filo algodón” imprescindible para la manufactura de uniformes de la guardia imperial.
En cuanto al capítulo, Terra le considera un capítulo conflictivo, tanto por su indisciplina como por su arrogancia demasiada incluso para los estándares marines.
Todo iba bien a pesar de los recelos desde Terra que siempre temió una secesión de la Confederación (y en más de una ocasión quiso mandar a la Inquisición a calmar los “ánimos”). Hasta que un aciago día y debido a una tormenta solar los sistemas de detección orbital fallaron y el claro cielo de Dixie II se lleno de piedroz y naves de desembarco orkas . El caudillo orko Zandorf “Mastikaojoz” había decidido arrasar el planeta, cuando los marines y los regimientos la GI quisieron reaccionar ya era demasiado tarde, la carnicería había comenzado. Desbordados y en inferioridad numérica el señor del capítulo de Los Caballeros del Sur, el general Robert E. Lee, no tubo mas remedio, muy a su pesar, que pedir ayuda a la flota Ultramarine, que en esos momentos navegaba cerca del planeta rumbo a alguna cruzada antitiranida, de esas que tanto les gusta, pero o porque la señal de socorro no llegó o porque la ignoraron, la ayuda nunca llegó.
De la guerra contra los orkos se sabe bastante poco, ya que los archivos se han perdido, lo único que se sabe es que el propio general Lee encabezó el último y desesperado asalto contra el cuartel general de Zandorf “Mazticaojoz”. En el asalto una rebanadora orka atravesó la flamante servo armadura gris del general, y que con su último aliento se giró y partió por la mitad con su sable de energía al noble orko que rastreramente le atacó por la espalda.
Tiempo después cuando Zandorf se sintió satisfecho de la desolación y muerte que había dejado a su paso, abandonó el planeta sonriendo cuando veía, desde el puente de mando de su destartalada nave, como las llamas de los campos de cultivo aún iluminaban la noche de Dixie II de la misma forma que lo hicieron meses atrás cuando el azar le trajera a este entonces prospero planeta, dejando tras de si un planeta con un noventa por ciento de pérdidas materiales casi el sesenta por ciento de bajas civiles (la mayoría “tecnoexclavos”) y mas del setenta por ciento del capítulo destruido .
Como he dicho, las batallas, actos heroicos o matanzas y saqueos se han perdido para siempre lo que si ha llegado ha nosotros es la trascripción de lo acaecido el día que el general Robert E. Lee era velado en el bunker-mausoleo de la colina denominada Bull Run. Esta es la trascripción de los hechos:
“La flamante cañonera azul con unas omegas invertidas en dorado aterrizó levantando una gran polvareda, cuando el portón trasero se abrió, un impresionante ultrmarine con una ornamentada armadura de exterminador y capa roja bajó la rampa seguido por otros ultramarines de brillante servo armadura azul.
El propio Marneus Calgar en persona y varios de sus lugartenientes venían a presentar sus respetos al cuerpo sin vida del “Viejo”, como era llamado el general por sus tropas.
Cuando el señor del capítulo “mas importante del universo” echó un vistazo, lo que vio no se parecía en nada a los cortejos fúnebres a los que estaba acostumbrado, no había ni estandartes al viento, ni formaciones de marines con sus servo armaduras iluminadas por el sol, ni vehículos alineados tras las escuadras. Sólo encontró una veintena de marines con las servo armaduras salpicadas con sangre de sus camaradas caídos e incluso propia, verdosos fluidos orckos, polvo y barro que descansaban junto a un par de rhinos y un razorback todos ellos con las cicatrices de la batalla en sus blindaje.
Cuando pasó por su lado le ignoraron unos y le miraron con recelo otros, pero ninguno dio la mas mínima muestra de respeto al Héroe de Ultramar. El silencio sepulcral sólo se vio roto por uno de aquellos formidables marines de servo armadura azul – Y esta chusma se hacen llamar Caballeros…-. No había acabado la frase cuando un salivazo marrón oscuro de “nicotintabaco” de mascar impactó a sus pies, al girar la cabeza para averiguar de donde había venido eso, vio que desde la torreta del razorback “Bull Head”, Jack “El Tuerto” le guiñaba burlonamente su ojo sano, mientras le daba a su halcón clónico un trozo de verde carne orka. Jack era el sargento-jefe del “Bull Head” que había sido el Vehículo de Mando del general Lee desde que este era un capitán recién ascendido, cuando siendo este ya general, Jack le preguntó porque había rechazado un landraider, este le contestó – Los rhinos y razorbaks son la caballería de los marines, los landraiders son para los que tienen miedo a morir pronto. ¿Tú tienes miedo a morir?-
Jossie Welles se encontraba de pie junto al sarcófago aún abierto del general, fue él, el que le recogió del campo de batalla cuando esta se acabó, fue él, el que le arrancó rebanadora de su cuerpo sin vida, fue él, el que apartó las docenas de cuerpos orkos que habían servido de improvisada tumba a su Señor y Comandante.
Una voz le sacó de su abstracción – Señor, el mismísimo Calgar está ahí fuera- pasó los dedos de su mano derecha por la hoja del sable de energía del general, qla cual tenía grabada el lema del capítulo “Antes la muerte que el deshonor”.Miró a su alrededor, sus ojos se encontraron con los del reverendo Jeremiah, capellán del capítulo, tras unos breves segundos Jermiah asintió con la cabeza, Welles se ajustó la gorra gris con dos sables cruzados bordadas en dorado, se cuadró ante el cadáver de su general y giró sobre sus talones-Sargento, salgamos ahí fuera-
Cuando salieron de bunker-mausoleo, Welles se detuvo un instante, el aire olía a quemado y densas columnas de humo se veían por doquier. Bajó por el camino que llevaba hasta la cañonera, cuando sus marines le vieron aparecer, como un solo hombre formaron y se cuadraron, el marine Jefferson desplegó el estandarte de la compañía al tiempo que todos gritaban -Sin Honor No Hay Victoria- cuando pasó a su lado, este era su lema personal y sus hombres siempre lo gritaban antes de entrar en combate.
Con andar pausado se acercó a la comitiva liderada por Calgar, este le tendió la mano
- Usted debe ser el capitán Jossie Welles, he oído hablar de usted- Welles se la estrechó l- Comandante Welles, y usted debe ser Marneus Augustus Calgar, también he oído hablar de usted-
Los dos marines se sostuvieron la mirada un tiempo –Comandante Welles, hemos venido a presentar nuestros respetos al general Lee, era un valiente y fiel servidor de nuestro Señor el Emperador- Welles señaló el formidable bunker-mausoleo donde reposan los héroes del capítulo.-Descansa allí-
Los ultramarines subieron a la colina y entraron en el edificio, Welles permaneció junto a sus hombres todo el tiempo que Calgar estuvo en el panteón del capítulo.
Cuando pasadas unas horas la comitiva ultramarine descendió de la colina Calgar se le acercó - Comandante ¿son estas todas sus tropas?-dijo señalando a los marines allí formados- No, estos son mi escuadra de mando y los sargentos supervivientes del capítulo, el resto, no llegan a doscientos, se encuentran en Fuerte Manaassax la única base del capítulo que aun se conserva en pie-
-He consultado con Terra, puesto que su capítulo está prácticamente destruido y en memoria de su Señor del Capítulo, el general Lee, usted y su escuadra de mando puede integrarse en el capítulo de los Ultramarines y el resto de sus tropas se integrarían en los distintos capítulos sucesores de los Ultramarines-
Welles miró a sus hombres, el estandarte de la compañía flameaba con la brisa de la tarde, alzó la vista y observó unos instantes el cielo, antes azul y ahora gris por el humo y volviendo a clavar la mirada en Calgar le espetó- El Sur renacerá de nuevo-
Se giro y penetró en el razorback cuyo frontal estaba adornado por un gran cráneo de toro. Cuando su torso apareció por la escotilla se dirigió a Jack “El Tuerto” –Jack volvemos a casa- el resto de los marines montó en sus transportes.
El rugido de los motores y el humo oscuro que salía de los tubos de escape envolvió a Calgar y a su séquito, cuando los vehículos se alejaban de ellos, uno de los capitanes murmuro- Malditos rebeldes-“
Desde aquel día, los preferidos del Emperador llaman a los Caballeros del Sur, Rebeldes y estos a su vez deniminan a los Ultramarines “Yankees” que en el dialecto nativo del planeta Dixie II significa “repugnante babosa azul”.
:laugh:
