Giros de la vida

Si bueno... volveros a leerla la primera parte que la acabo de editar.

Bueno, aqui la segunda parte, la anterior era la introducción, esta ya es más larga.



Todo era blanco, incluso hacía daño a la vista, era una habitación pequeña y claustrofóbica. Las dos únicas cosas que resaltaban en aquel extraño lugar era aquel chico que había sufrido un inoportuno viaje en tiempo y dimensión, lleno de polvo y sin conocimiento. El silencio era penetrante y muy notable, no se escuchaba ni un solo ruido por muy bajo que fuese.





-Dónde estoy? Porque me duele tanto la cabeza?- pregunto el chico aún aturdido esperando una respuesta que no recibió.



“Repacemos lo que pasó, aparecí en una ciudad en ruinas, devastada por una batalla muy reciente, luego me encontré con esos cadáveres que parecían humanos y después ese grito seguido de esas extrañas figuras parecidas a los elfos de las películas que he visto en casa hace tiempo” pensaba el chico mientras se daba cuenta de que no estaba atado ni tenía ningún impedimento para moverse libremente por la sala, no sabía cuánto tiempo llevaba allí inconsciente pero tenía mucha hambre y sus captores no parecían dispuestos a darle de comer y menos hacer acto de presencia en aquella habitación. Cada vez le dolía menos la cabeza cosa que agradecía puesto que el hambre cada vez era más presente y tener hambre combinado con dolor de cabeza no le apetecía demasiado.



Así pasaron las horas, o eso le pareció a él, dando vueltas a la habitación pensando en su situación hasta que sin previo aviso unos pasos ligeros le alertaron de que alguien o algo se acercaban a su habitación. No sabía si alegrarse o tener miedo. Los pasos cada vez se sentían más cerca hasta que de golpe desaparecieron y instantes después la puerta se abrió lentamente para dejar ver a un ser alto y delgado ataviado con una serie de túnicas de diversos colores con unas raras inscripciones en ellas, su largo pelo naranja rojizo y sus rasgos faciales le hicieron darse cuenta de que se trataba de una “mujer” aparte de por sus bien formados pechos. Su paso era ligero y hábil pero no parecía frágil en absoluto.



-Qui..qui..quien eres?- preguntó el chico tartamudeando por el miedo.

- Hola, me llamo Al’viena, no temas, no te haremos daño, solo queremos hacerte unas preguntas- dijo con una voz tan dulce que calmaría hasta la bestia más feroz- solo queremos saber cómo has llegado hasta ese planeta.

- Planeta dices? No estoy en la tierra?- dijo el chico casi a punto del desmayo por la sorpresa.

- Terra? No, estas en el mundo-astronave Uthwe mi querido amigo-dijo con una ligerísima sonrisa en la boca.

- Que es un mundo astronave y que eres?- dijo el chico aún asustado y reacio a confiar en ella.

- Es una larga historia, nuestra raza tiene más años de los que imaginas y el origen de lo que quieres saber paso hace miles de años chico y soy una Eldar- dijo Al’viena

- Eldar…Eldar… me suena mucho- dijo pensativo- da igual, en que año estamos y porque me dolía tanto la cabeza, no entiendo nada- dijo todo estos como si la estuviera fusilando la preguntas.

- A lo mejor te suena de haberlo escuchado en alguna leyenda de tu planeta y estamos en el año 40000 según vuestro calendario y si te dolia la cabeza es porque tuvimos que aturdirte con un ataque psíquico bastante fuerte para ser un humano normal- dijo Al’viena – proseguiremos mañana- y con un chasquido otro “Eldar” entro en la sala con una bandeja con comida- él se quedara contigo hasta que acabes de comer.

Y asi fue. En la bandeja había desde diversas frutas exóticas que nunca había visto y de un sabor digno de reyes hasta lo que parecía ser agua y una sopa.

- Cómo te llamas?- dijo el chico ya tranquilo al Eldar sin recibir ninguna respuesta- veo que eres de pocas palabras- dijo con un suspiro.



Una vez acabó de comer y el Eldar estuvo en la puerta todo se volvió a poner negro, le habían aturdido otra vez.



Se despertó en su habitación de casa, la lluvia seguía cayendo, miró el reloj… llevaba una hora durmiendo y parecía que todo lo que había pasado era un sueño, solo un sueño. Se levanto de la silla y se tumbo en su cama, cayendo en un profundo sueño, sin saber que lo que ahora estaba viendo era el sueño de verdad…