"Existe una profunda bóveda bajo el Trono Dorado del Emperador, bajo los kilómetros y kilómetros de departamentos del Administratum, bajo los profundos niveles de almacenaje y la amplitud de las mazmorras de la tierra. Sus puertas son de adamantino. Está cerrada con encantamientos de estasis y nadie puede acceder a su interior sin el sello de los Señores de Terra. No me atrevo a hablar de sus oscuros y silenciosos guardianes.

En el interior de la más profunda y segura de las bóvedas (cuyo nombre se desconoce, pero a la que yo llamaré bóveda prohibida), se esconden secretos desconocidos por la Humanidad desde el amanecer de los tiempos. Son secretos tan terroríficos y peligrosos que deben protegerse, pues para los mortales su mero conocimiento supone perder la cordura.

A veces, los exploradores se han atrevido a visitar la Bóveda Prohibida; un encuentro casual en algún mundo alienígena, un descubrimiento en el espacio interplanetario, un informe casi incomprensible de cosas largo tiempo olvidadas. De nuevo las puertas adamantinas se abren, los sellos de estasis se rompen y los guardianes silenciosos se levantan a su lado. Se examinan las grabaciones para cotejarlas. Los códigos ancestrales se activan y se efectúan las búsquedas pertinentes; se casan las coincidencias, los dossieres se compilan y recompilan hasta que, al fin, la verdad toma forma.

O al menos esa es la historia que cuentan los hombres; la historia de cosas que nunca habría deseado ver: presenciar cómo el Sello de Terra parpadea con destellos rojos, vislumbrar a aquellos terribles guardianes o sentir el roce céreo de antiguas grabaciones escritas con tinta negra sobre piel humana. ¿Quién podría predecir el descubrimiento, una y otra vez y a través de la historia humana, de la evidencia de tal inequívoca malicia? Ahora mis manos tiemblan ante una revelación de tal magnitud y todo empeño humano me parece vano cuando la llama de la esperanza parpadea sumida en el viento de la desesperación".

Desconocido,sobre la Boveda prohibida

 Durante siglos, los exploradores del Imperio han tenido conocimiento de la ancestral civilización denominada Necrontyr, una raza que se extinguió hace diez millones de años. Poco queda ahora de un imperio que antaño fue un tecnológicamente muy avanzado y que se extendió por toda la galaxia. Las estructuras de superficie que existieron en el pasado hace ya mucho tiempo que desaparecieron de los mundos necrontyr tras sufrir la erosión del tiempo. Su raza y su legado se han convertido en polvo con el paso de los eones.

Las inexplicablemente extrañas tumbas templo de los Necrontyr han sobrevivido parcialmente en la profundidad bajo la arena. No se ha descubierto ningún complejo intacto y los que se han explorado y de los que existen grabaciones están vacíos y en ruinas. Resulta del todo imposible aventurar el propósito o contenido de estos complejos o si fueron asaltados y saqueados por otras razas en la antigüedad. Los análisis más fiables indican que los Necrontyr desaparecieron de la galaxia hace ya más de sesenta millones de años, cuando el planeta Tierra era poco más que una jungla prehistórica y la evolución humana quedaba a millones de años en el futuro.

Como otras miles de civilizaciones extinguidas y razas olvidadas, los Necrontyr no han resultado de gran interés más allá de las polvorientas instalaciones del Explorator Archaeos. Hasta ahora.

Repentina e inesperadamente, un encuentro fortuito ha despertado la atención de los grandes y poderosos por la raza necrontyr. Unos incursores con runas e inscripciones indescifrables y de diseño necrontyr han sido captadas gracias a un breve escáner visual. Se trata de una grabación visual momentánea del ataque y puede considerarse un eslabón más de una cadena de acontecimientos que comprenden toda la galaxia. Este suceso está relacionado con otras incursiones y otros lugares destruidos donde los asaltantes no han dejado ningún rastro y donde las grabaciones han sido borradas en todo el planeta.

Los Cosechadores Necrones

Hasta hace relativamente poco, los contactos con los Necrones se habían limitado a batallas libradas en planetas contra pequeñas fuerzas de tropas necronas. De vez en cuando, llegaban informes de naves espaciales extrañas encontradas en los límites de sistemas recién descubiertos que parecían abandonadas al principio, pero que, tras aproximarse, se volvían activas. Ocurría bastante a menudo que lo único que quedaba de las naves que se encontraban naves necronas eran sus restos esparcidos y la única pista de la naturaleza del enemigo eran unos mensajes incomprensibles que hablaban de naves alienígenas con armas de una eficacia destructiva demoledora.

Aunque los incidentes se investigaron, no pudo descubrirse nada de los autores y tampoco ninguna evidencia útil sobre su naturaleza u origen.

La situación cambió en el año 666.M40, cuando tuvo lugar el primer incidente grabado de una "cosecha" necrona en el sector Yuctan, próximo a la Franja Este. Aunque escasamente habitado, el sistema disponía de un depósito de la flota imperial. En el momento del ataque, el depósito estaba siendo utilizado por un pequeño escuadrón imperial compuesto por el crucero ligero clase Intrépido Vaticinio y media docena de naves de escolta. El escuadrón del Vaticinio ejecutaba una patrulla de larga distancia y se había detenido en Yuctan para repostar y rearmarse cuando recibió mensajes de socorro desde una colonia imperial en el distante planeta de Merida. El escuadrón se movió para interceptar y tomó parte en el primer enfrentamiento registrado entre naves imperiales y una flota necrona. Solo una nave imperial sobrevivió al combate (el destructor clase Cobra ON37452) y pudo relatar lo ocurrido. Los Necrones no sufrieron pérdidas. Cuando pudo enviarse una flota imperial al sistema Yuctan, los Necrones ya habían desaparecido y de los colonos humanos del sistema no quedaba ni siquiera los restos...

Se han registrado veintisiete enfrentamientos más entre las naves de la flota imperial y la flota incursora necrona. También hay informes esporádicos de batallas entre flotas de Necrones y de Eldars, de Orkos e incluso del Caos. Las evidencias apuntan a que los Necrones son más antiguos que la memoria de cualquier ser vivo y su tecnología, aunque idiosincrásica, es superior a la de cualquier otra raza, incluidos los Eldars. Los Necrones solo han sido derrotados cuando existía una amplia superioridad numérica enemiga; en otras circunstancias, se imponían. Afortunadamente para el Imperio, las flotas necronas encontradas hasta el momento eran escasas en número, por lo que no se sabe lo que habría ocurrido de haber atacado con una fuerza mayor.



Y era aún más preocupante el hecho de que los encuentros con los Necrones habían tenido lugar en toda la galaxia, sin ninguna pauta apreciable y sin posibilidad de determinar dónde o cuándo atacarían la siguiente vez. Además, la frecuencia de tales encuentros parece aumentar, aunque se desconoce cómo y por qué lo hace. Solo se tiene la seguridad de que el objeto de estas incursiones es el secuestro de ciudadanos imperiales y se desconoce el terrible destino que depara a los hombres, mujeres y niños capturados por los Necrones, ya que simplemente desaparecen y no vuelven a ser vistos de nuevo.

 

Las Naves

Nave Sepulcro clase Pirámide

Las naves sepulcro son las mayores naves de los Necrones a las que se ha tenido que enfrentar el Imperio. Las naves sepulcro son enormes y con una amplia y terrorífica variedad de armas y pueden derrotar a cualquier acorazado imperial actualmente en servicio. Afortunadamente para los enemigos de los Necrones, no siempre están presentes en las flotas incursoras necronas y solo en siete ocasiones se ha informado de la presencia de estas naves. En cada una de ellas, las naves sepulcro formaban parte de una inmensa flota y todas iban escoltadas por al menos tres naves cosechadoras clase Guadaña (descritas a continuación). Todas las naves sepulcro parecían tener un mismo diseño (o al menos así lo indican los informes de las naves imperiales que se han enfrentado a ellas). No se ha podido determinar si existen naves sepulcro diferentes o de mayor tamaño. Con todo, un informe de un enfrentamiento entre una flota orka y los Necrones hace referencia a una nave de tales dimensiones que empequeñecía a un pezio orko, aunque no hay manera de constatar si es verdad o si se trata simplemente de una exageración orka.

Nave Cosechadora clase Guadaña 

  

 Las naves cosechadoras necronas clase Guadaña resultan más comunes que las naves sepulcro y suelen formar parte de las flotas de los Necrones. Además, todas las naves cosechadoras necronas clase Guadaña que se han encontrado parecen de la misma clase y la única diferencia entre ellas estriba en la inclusión de una cámara de sepulcro en alguna de las naves (aunque esto no afecta a su apariencia externa). No se sabe si se trata de una verdad universal, aunque bien pudiera ser verdad considerando la apariencia y el diseño uniformes de los guerreros necrones de los que se tiene constancia hasta la fecha. Aunque las naves cosechadoras parecen ser de construcción frágil en comparación con los diseños sólidos utilizados por el Imperio, esta apariencia es engañosa, ya que estas naves han demostrado ser increíblemente resistentes y difíciles de destruir. Parece que únicamente tres naves imperiales han logrado destruir a estas naves de los Necrones y, en los tres casos, han necesitado de la potencia de fuego combinada de varias naves de línea para poder ejecutar esta hazaña. El diseño tan resistente de las naves cosechadoras combinado con el despliegue armamentístico tan sofisticado de los Necrones las convierte en peligrosos oponentes para las naves imperiales.

Encuentros conocidos

666.M41 Yuctan: escuadrón Farsight destruido, naves cosechadoras implicadas
996.M41 Incidente Bora Culpa: avistados alrededor de Bora CUlpa, la población se consideró desaparecida después de un reconocimiento de los Lobos Espaciales.

 

Crucero Ligero clase Mortaja 

  

El primer encuentro con los cruceros ligeros clase Mortaja se registró en 992.M41 durante un enfrentamiento con la Flota Pacificus. En los seis años que siguieron a este enfrentamiento, se encontraron naves de este tipo en tres ocasiones más y cada vez lograban evadirse del combate antes de que las naves imperiales pudieran abrir fuego. Se cree que o bien el modelo de nave o bien la tripulación estaban a prueba. En cualquier caso, los preparativos terminaron en 998.M41, cuando cinco cruceros ligeros clase Mortaja lanzaron un asalto suicida contra una instalación del Adeptus Mechanicus en Marte.



Desde el gambito en Marte, los cruceros ligeros clase Mortaja han sido identificados en seis ocasiones actuando como los ojos y oídos de la flota necrona a larga distancia. Los Mortajas son expertos en esta táctica, ya que ninguna nave imperial con posibilidad de capturar a una de estas naves ha logrado hacerlo hasta la fecha. Además, suponen una gran amenaza para las instalaciones de la Flota Imperial. Si pueden penetrar en las defensas de Marte con tanta facilidad, ninguna base está a salvo de estas naves.

 Encuentros conocidos

992.M41 Varios: múltiples contactos con las Flotas Patrulla Pacificus
996.M41 Incidente Bora Culpa: solo en observación no combativa
998.M41 Marte: objetivos destruidos, pero los pecios no se pudieron recuperar

 Incursor clase Chacal

 

Las flotas de los Necrones suelen incluir un gran número de naves pequeñas, el equivalente de las naves de escolta imperiales. Aunque hay constancia de dos de estas naves imperiales en solitario, se trata de la excepción a la regla, ya que normalmente van controladas por las naves sepulcro o las naves cosechadoras de la flota. Los incursores necrones clase Chacal son ligeramente más grandes que los otros dos modelos de naves de escolta y se ha constatado su presencia en todos los enfrentamientos entre las fuerzas imperiales y las de los Necrones.

Encuentros conocidos

796.M41 Adinbur Prime: emboscado el grupo de patrulla Tiryns, reforzada la flota Artemis.

998.M41 Marte: estas naves sirvieron de objetivos de diversión en los límites del sistema solar justo antes de un contundente ataque

Incursor clase Muerte

 

 El incursor necrón clase Muerte es la nave de escolta de menor tamaño de las de su clase y parece tratarse de una nave más rara. Se desconoce si este es realmente el caso o si se trata de una mera coincidencia.

Los incursores clase muerte, aunque jamás han sido formalmente identificados, se considera que podrían ser la causa de los ocasionales avistamientosa de naves realizadas por el Cuerpo Imperial de Exploradores incluso antes del incidente Yuctan y la primera cosecha necrona documentada. En 692.M41, una inpenetrable capa de un metal no identificado se encontró a varios cientos de metros bajo la superficie de Angelis. Posteriormente se descubrió que era algún tipo de nave alienígena cuando esta surgió de la arena y despegó sin dejar rastro. Teniendo en cuenta acontecimientos posteriores, parece muy probable que la "nave de Angelis" fuera realmente un incursor clase muerte.

 

Tomado de la web de GW.Es(BFG)