Lealtad (Relato de Fantasy)

Bueno pues esta tarde he jugado una partida de fantasy y ha sido tan "mofosa" que me he decidido a realizar un breve relato sobre ella. No me tengáis en cuenta lo mala que es que sólo he tenido media horita para escribirla...

Lealtad

A tres kilómetros de la frontera de Sylvania, El Imperio.

La humedad provocada por la reciente tormenta había calado a través de metros de tierra y llenaba de un extraño pero dulce olor la madriguera recién excavada. Medio centenar de curiosas criaturas correteaban y buscaban un sitio en el que cobijarse de las recientes goteras. Agudos chillidos que formaban el lenguaje skaven provenían de cada grupo y convertían la madriguera en un laberinto de sonidos.

Al fondo, en la parte más seca, dos viejos conocidos volvían a encontrarse. Pertenecían a la raza skaven, una especie formada por ratas bípedas de forma humanoide. Muy astutas, muy egoístas, siempre hambrientas y avariciosas.

El Ingeniero brujo Skitter se reunió con su hermano de camada Gretter. "Hola hermano-brujo, aquí nos hallamos una vez más. El consejo de los trece nos ha enviado a acabar con ese contingente de cosas-muertas que está situado en la frontera de Sylvania. Debemos derrotarlos y recoger unas muestras de la piedra bruja que hay en esas tierras malditas. Dicen que su calidad es insuperable".

Gretter asintió muy serio. "Si-si hermano, pero me temo que el Consejo de los Trece no confía en nosotros para hacer el trabajo, sospechan que nuestra avaricia nos llevaría a quedarnos con casi toda la piedra bruja para los ingenios de nuestro clan. Se han oído rumores acerca del accidente que sufrió tu acompañante del clan Mors en tu última misión. Se dice que su parte de la piedra bruja encontrada nunca llegó a ninguna parte que no fuera tu laboratorio".

"Que estupidez... nuestra lealtad-lealtad es infinita" dijo entre risillas Skitter. "Ningún skaven es más leal que yo, ¿me equivoco hermano de camada?" nuevas risillas socarronas surgieron de la criatura.

Muy serio, Gretter continuó: "Me temo hermano que el Consejo ha enviado al Sacerdote de Plaga Fétidus para asumir el mando de la expedición". Gretter se dio la satisfacción de ver como el color de la piel de su compañero palidecía segundos antes de que su profuso pelaje se erizase con ira.

"¿¿¿Qué??? ¡Estoy rodeado de traidores! ¿Por qué nadie-nadie me ha avisado?. Maldita sea, manda un supuesto emisario con comida y refrigerios para Fétidus y mátalo. Nadie debe interponerse en el camino del gran Skitter". Gretter alzó una interrogante mirada. Skitter se corrigió: "Quería decir que nadie se interpone en el camino del Gran clan Skryre".

Gretter lo dejó pasar y sacudió la cabeza "Me temo hermano que Fétidus no viene sólo, le acompaña una gran hueste de monjes locos. No podemos arriesgarnos a enfrentarnos a ellos si queremos seguir vivos-vivos". Ante la mención de los monjes locos del clan pestilens Skitter dio un agudo chillidito de terror y pronto el olor del almizcle del miedo saturó el recinto.

Atemorizado, Skitter susurró "Hummm, maldita sea Gretter, no podemos desafiar abiertamente a Fétidus o se hará un nuevo libro de plaga con nuestras pieles-pieles".

Con una sonrisa siniestra, Gretter informó a su hermano de su último maléfico y todopoderosísimo plan a prueba de traiciones. Pronto Skitter reía como un maníaco, él y Gretter dejarían que la ira asesina de los monjes les llevara a lo más complicado del combate y él podría recoger la gloria pasándo por encima de los cadáveres-cadáveres pestilens. Además, quería probar la nueva arma que habían comprado al clan Moulder.



10 kilómetros dentro del territorio de Sylvania, El Imperio, varias horas después.

Skitter pudo ver los restos del ejército enemigo. Carcasas de zombis y esqueletos se apilaban por doquier. Entre ellos, una mancha verde ensangrentada representada por los cuerpos de medio centenar de monjes de plaga resaltaba ante el blanco enfermizo y el color de la putrefacción. Gretter una vez más había acertado. La falta de control del clan Pestilens les había traicionado y no habían podido contenerse. Fétidus se lanzó al combate sin comprobar si sus supuestos aliados le seguían y los ingenieros observaron plácidamente como sus enemigos se mataban entre ellos.

Para Skitter fue realmente glorioso escuchar los chillidos de Fétidus al darse cuenta de que no pensaban ayudarle contra un enemigo que le superaba ampliamente en número. Cómo sus chillidos pasaron de la ira al miedo al aparecer un vampiro fue catártico. Skitter podría jurar que casi escuchó el sonido del espinazo de su rival al romperse en manos del horror no-muerto. Apenas quedaban enemigos cuando las fuerzas de Gretter y Skitter los aplastaron como si fueran un yunque y un martillo.

Momentos después, ambos Ingenieros se felicitaban.
Con un paso al frente, Gretter chilló: "¡Mi plan funcionó! Por fin hermano, seremos elevados a un rango superior en nuestro clan-clan y toda la piedra bruja de Sylvania nos pertenecerá". Skitter se situó a la espalda de Gretter y con un cabeceo afirmó "Si hermano, nos tratarán como a Reyes-Reyes".

Skitter aprovechó la risa descontrolada de su hermano para que el leve sonido de su daga al ser desenfundada le pasara inadvertido...

Envio editado por: Archipirómano de Charadon, el: 2010/01/29 03:32

Hola! Pues me ha parecido muy bueno-bueno...

Al final me van hasta caer bien los dichosos bichos estos...jejeje

Un saludo.

Si es que son muy majos.

Son absolutamente repelentes, pero sin duda la raza más hilarante creada por Games Workshop.

P.D. Por cierto, karma por el relato.

Envio editado por: Grimne, el: 2010/01/29 23:02

Muy currada la historia, ya sabia yo que eso de hermanos era muy raro, ZASCA, toma hermano, daga donde todos sabemos... (zas en toda la boca), queiro decir garganta.

Jajajaja, la verdad es que si que somos rastreros. Me has inspirado para mi relato, a ver que se me ocurre...