Vacío

Dio apenas un paso en la norme cámara y el polvo de siglos le hizo toser. Se pasó la mano por la boca y escupió mientras trataba de ahogar una maldición. Al final se decidió a ponerse el bocorespirador, encendió la linterna y avanzó cautelosamente. Acariciaba su pistola bólter de forma instintiva, pero se negaba a sacarla de su decorada cartuchera. No había peligro alguno, le habían dicho, y sería una grave infracción desenfundar armas en dicha cámara. Ahora luchaba con toda su voluntad contra todo lo aprendido durante sus amargos años al servicio del Emperador.

- Estáis demasiado nervioso, Inquisidor Kornell.

La mecánica voz del Inquisidor Gravenhelm le hizo sobresaltarse de forma involuntaria.

- Vos conocéis ya el motivo, Inquisidor.

Durante unos largos segundos ambos hombres se miraron a los ojos en un combate de egos que no llegó a su fin. Gravenhelm sonrió mordaz y entró en la cámara.

- Vamos. Queda mucho por caminar todabía - le informó

- ¿Cuánto?

- Horas. Días. Sólo el Emperador lo sabe. Esta cámara lleva sellada siglos. Estás pisando cinco centímetros de polvo y escombros.

- Al menos decidme que merecerá la pena - dijo Kornell desafiante

- Sí. O quizás no. Es saber prohibido, y como tal envenena el alma, pudre la mente y enloquece los sentidos.

- Lo suponía. Pude ver los sellos de advertencia en la entrada. Os arriesgáis mucho, Gravenhelm. Demasiado, según tengo oído dada vuestra peculiar... situación personal.

Gravenhelm se detuvo como golpeado por un puño invisible. Se escuchó un crugir de dientes y el estridente enrechocar de metal de una poderosa mano, pero Kornell no se detuvo.

- Inquisidor... nos conocemos desde hace poco... pero os advierto que CUALQUIER sacrificio es poco para cumplir la misión encomendada por el mismísimo Emperador. La próxima vez que cuestionéis mis motivos o mi Fé...

- No perdamos el tiempo entonces si estamos de acuerdo, Gravenhelm. Ahora, id contándome de qué va todo este asunto.





Lo iré completando poco a poco...

^_^

Envio editado por: Iyanna, el: 2008/03/24 11:39

Envio editado por: Iyanna, el: 2008/04/03 13:57

si, mejor, xq es algo cortito

- Escuchad pues, Inquisidor - dijo Gravenhelm - ¿Conocéis lo sucedido en el Segmentum Solar durante la Santa Cruzada que desembocó en la Inmolación de Frigia IV?

- ¿Cómo no voy a saberlo? - espetó Kornell - Millones de soldados se sacrificaron para mantener a raya a La Corrupción mientras la Marina Imperial se preparaba para lanzar el Exterminatus sobre el planeta. Las escrituras hablan de un pútrido vórtice de pestilencia del que brotaban demonios, mutantes y demás esclavos del Caos sin parar.

- Eso es. Hasta sacrificaron casi una Compañía completa de Ultramarines para dar tiempo al bombardeo orbital.

- ¿Cómo? - a Kornell no le gustaban los acertijos ni los secretos - ¿Qué habéis dicho? Ninguno de los lexicógrafos contenía...

- Recordad que la Inquisición no tiene jurisdicción sobre el Adeptus Astartes. Esa... información... está ahora a buen recaudo, pero lejos de nuestras manos. - Gravenhelm sonrió - Pero... ah... los orgullosos Ultramarines odian tener una deuda sin pagar...

- ¿Tuvísteis acceso a los archivos históricos de Ultramar? - El Inquisidor Kornell parecía confuso

- ¡Por el Emperadpr, no! Como ya os he dicho, se me ofreció lo poco que sé como pago de un servicio. Pero ahora no me podría acercar a menos de diezmil años luz de Ultramar. Pero eso es otro asunto.

- Entonces... ¿qué tiene que ver aquella...?

Se escuchó un crujido. Kornell bajó la vista e iluminó el suelo con su linterna. Al levantar la bota blindada con cuidado, descubrió un objeto que nunca huiera sospechado encontrar. Lo recogió, y le quitó el polvo con cuidado. Al reconocer el emblema que portaba, se quedó helado.

- ¡No es posible! - exclamó.

- ¿Qué es...? ¡Ah! Un guante de la Sagrada Servoarmadura de un Marine Espacial... - Gravenhelm levantó su linterna- Y ahí su propietario.

Kornell palideció. ¿Ultramarines? Alzó aún más su linterna y la puso a máxima potencia. A su alrededor yacían dispersos los restos de al menos una docena de servoarmaduras, aún con sus propietarios dentro, y de un montón más de cuerpos comidos por el polvo de siglos. Pero lo más asombroso era la extraña construcción alienígena que se elevaba decenas de metros sobre ellos.

- ¡Bendito Emperador! ¡¿Qué ha ocurrido aquí?!




Iyanna

Envio editado por: Iyanna, el: 2008/04/03 15:12

Envio editado por: Iyanna, el: 2008/04/03 15:12

Ya se ha acabado?

Que mas, no nos dejes con la intriga