Campaña de Fantasy: La conquista de Albión

Mis hombres bestia jugaran acompañados de un aruspice.

No se me ocurre como meterlo en un relatillo asi que,ahi queda jeje.

El arca negra llego a las orillas de Albion y la avanzadilla de los elfos oscuros se adentraron en los terrenos que el emisario oscuro les dijo.

Una tormenta se cernia sobre la isla y de vez en cuando algun rayo caia en la tierra. Los guerreros se miraban unos a otros deseando que no les alcanzase ninguno.

El ejercito siguió avanzando hasta que divisaron dos edificios antiguos, muy antiguos. Al otro lado se avistaba una hueste de soldados imperiales. Los dos ejercitos tomaron posiciones y se prepararon para la lucha.

La hidra de guerra se lanzo al ataque contra una unidad de caballeria, en el otro flanco los caballeros gelidos tuvieron una lucha interminable de miradas contra otra unidad de caballeria. Por el centro los corsarios, lanceros y la guardia negra intentarian abrir brecha e inutilizar el cañon de salvas imperial y el mortero.

Flanco izquierdo: El combate de la hidra decepciono mucho. Contra una unidad de jinetes (con mas chapa que carne) solo consiguió avatir a uno de ellos y después de 3 turnos fallo el chequeo y tuvo que retirarse con tan mala suerte que se adentro en una marisma y tuvo que luchar contra unos horribles tentáculos que salieron de ella. Por si fuera poco le cayo un rayo encima y poco después se retiro del tablero lamiendose las heridas.

Centro de la batalla: Los batallones iban tomando posesiones, afortunadamente un viento gelido lanzado por la hechicera inutilizo el cañon de salvas y ese dia el mortero no tuvo el punto de mira acertado. En el siguiente turno otro viento gelido acabo con la dotacion del cañon de salvas (ya no seria una amenaza). Lo herreruelos hicieron un movimiento de avance bastante arriesgado y dejaron su flanco desprovisto, cosa que los lanceros oscuros no desaprovecharon para cargar y hacer huir para después alcanzarlos. Mientras tanto los corsarios se las estaban viendo contra el capitan imperial y su batallon. Las cosas pintaban mal, ya que la caballeria que habie hecho huir a la hidra se acercaba al galope por el flanco. Afortunadamente dos hechizos de horror negro debilitaron a ambas unidades y los corsarios pudieron aguantar un poco mas. Los lanceros sufrieron una ráfaga de disparos de los arcabuceros y tuvieron que huir (luego volvieron a reagruparse pa continuar la lucha). Fue en ese momento cuando la guardia negra tomo las riendas del ataque. Acabaron con los arcabuceros, mataron al jinete que quedaba después de que acabara con los corsarios y posteriormente tambien acabaron con el capìtan imperial y los soldados que quedaban de esa unidad. Solo quedo el portaestandarte de la guardia negra que orgulloso lo clavo sobre el mismo centro del campo de batalla.

Flanco derecho: Esta fue la major batalla. Seis, si habeis leido bien, seis turnos de miradas asesinas entre los caballeros gelidos y la otra unidad de caballeria con contrachapado. El momento clave fue cuando la caballeria marcho hacia el centro de la batalla para ayudar a eliminar a la guardia negra, momento que los gelidos aprovecharon para cargar por el flanco y hacerla huir, persiguiendola y arrasandola al final.

La batalla duro 8 turnos, al final victoria de los elfos oscuros con la captura de uno de los templos. El emisario oscuro entro y saco de alli un yelmo de los ancestrales que dara como recompensa al proximo comandante que venga para liderar a los elfos.

Oye Archie, creo que ayer me robaron el movil,por que no lo encuentro. Te aviso por que entonces hasta que no tenga uno provisional no podre contactar con el bretoniano, y si habal contigo o se inpacienta,pues para que le cuentes lo ocurrido.

Envio editado por: abbadon, el: 2010/04/11 19:28

Escenario II:

El Círculo de Piedras.

Lilandros de la Casa Tiranoc notó la resonancia mágica en cuanto puso un pie en el valle. Algo atraía el poder de los Vientos de Magia a esta zona y lo hacía imprevisible incluso para un maestro en el arte como el propio Lilandros. Sin duda otro posible problema en la batalla que se avecinaba.

El agua azotaba la faz del orgulloso elfo mientras contemplaba como fila tras fila de lanceros formaban a la entrada del valle. Detrás de ellos, la caballería se preparaba para realizar el clásico movimiento de flanqueo. Desde la colina cercana, una hilera de arqueros y dos poderosos lanzavirotes garra de águila se preparaban para dar cobertura a sus tropas.

Lilandros no podía más que sentir pena por sus enemigos cuando Hesperus, líder de su escolta de maestros de la espada, llegó en su búsqueda. “Lord Lilandros, las tropas nos esperan. Nuestros exploradores han cortado la retirada de los pielesverdes por lo que su única salida es a través de nuestras tropas”. Con una sonrisa en los labios, Hesperus continuó: “Esos pobres diablos sólo nos superan en una proporción de dos a uno, parece que están deseosos de morir pues se dirigen hacia nuestro muro de lanzas sin vigilar sus flancos y sin esperar el apoyo de sus aberrantes máquinas de guerra. En estos momentos están atravesando esas extrañas piedras del centro del valle”. Lilandros sacudió la cabeza ante la necedad de los pielesverdes. “Escólteme hacia la batalla capitán, mi magia ayudará a acabar con ellos lo antes posible y evitar así bajas innecesarias”.

Apenas media hora después, los elfos habían roto la formación pielverde y tan sólo un tercio de su ejército resistía alrededor del círculo de piedras siguiendo las órdenes de un frenético chamán goblin. Lilandros había dispersado todos los ataques mágicos del avieso ser, no había manera de que semejante criatura fuera un reto para un experto en el arte del calibre de Lilandros. Doscientos años en la escuela de Saphery daban sus frutos pensó mientras arrojaba una bola de fuego que incineraba una docena de orcos.

Lo poco que quedaba de liderazgo en el ejército pielverde desapareció en el momento en el que las dudas de su líder se hicieron evidentes. Su chamán comenzó a retroceder con el pánico pincelado en la cara. Al ver a su general internarse de vuelta en el círculo de piedras, la desbandada no se hizo esperar. El flanco izquierdo dudó y al momento la mayoría de ellos corría huyendo del enemigo. Lilandros sonrió de nuevo y dejó que los vientos de la magia le alzaran unos metros del suelo para poder divisar al chamán antes de que pudiera escapar. El pequeñajo alzó la vista justo a tiempo para ver la nueva bola de fuego de Lilandros antes de que le alcanzara. Con un grito temeroso alzó los brazos antes de que todo desapareciera con una llamarada. El mago elfo se disponía a volver a su posición original cuando vio al chamán salir indemne del fuego. De alguna manera, el mequetrefe había realizado un hechizo de protección que había derrotado a la lengua del fuego saphiriana. La incredulidad se cernió sobre Lilandros mientras lanzaba un nuevo conjuro destinado a arrancar el alma del goblinoide. Con un gesto brusco y un aullido, el chamán contrarrestó el hechizo.

“¡Imposible!” musitó Lilandros. Un rápido gesto de la mano permitió al elfo ver los Vientos de Magia. Un grito de terror surgió de su garganta. El círculo de piedras era un sumidero de poder, la energía mágica de la zona era atraída y convergía sobre el chamán dotándole de poderes como no los había visto nunca. El chamán levantó la garra y una serie de rayos de energía pura del Waaagh comenzaron a golpear las filas de lanceros convirtiéndolos en pulpa sanguinolenta. Lo último que pudo ver Lilandros fue la vidriosa mirada del chamán posarse sobre su persona y un par de rayos rojos surgir hacia él…



Creación del Ejércitos:
Todos los ejércitos se deben crear según los siguientes criterios:
+Las listas serán de 1500 puntos y serán divididas en dos “grupos”. El primer grupo contará con un mínimo de 800 puntos y un máximo de 1000 puntos de la lista original. El resto de las tropas de la lista formarán el segundo grupo. La suma de ambos grupos debe por tanto ser la lista de 1500 puntos total. Las restricciones de creación de ejército sólo se aplicarán a la lista de 1500, no a cada grupo. Por tanto puede que uno de los grupos no contenga unidades básicas o personajes debido a que vayan en el otro grupo.


Escenario:

El campo de batalla debe crearse según las siguientes reglas:

+Se jugará en una mesa de 180cms x 120cms (lo habitual). Se situará un círculo de piedras Ogham en el centro del tablero (de un radio aproximado de 15 cms). A continuación se añadirán elementos de escenografía de la manera habitual pero tirando en la tabla de escenografía de Albión para determinar que elemento se despliega cada vez. Si se obtiene algún resultado de 4 en las tiradas de elementos de escenografía repite la tirada.

+Cada jugador contará con la zona de despliegue normal de 30 cms.
En lugar de desplegar todas las unidades sólo se desplegarán las unidades del primer grupo (o sea, el grupo grande).

+Al inicio del segundo turno, tira 1d6 por cada unidad del segundo grupo. Con un resultado de 4+ la unidad entra en juego por el borde de despliegue de su ejército siguiendo las reglas de unidades que vuelven al terreno de juego (no pueden marchar, cargar, etc…). Al inicio del tercer turno tira 1d6 por las unidades que todavía no han entrado. Con un resultado de 3+ aparecen. Al inicio del cuarto turno aparecerán con un resultado de 2+ y todas las que todavía no hayan aparecido lo harán al principio del turno cinco.

+El círculo de piedras: El círculo de piedras funciona como el elemento del mismo nombre de la tabla de escenografía de Albión. Cualquier hechicero en su interior obtiene un +1 al lanzamiento y dispersión de hechizos pero además éste círculo tiene otra característica adicional. Cualquier hechicero que lance un hechizo desde su interior debe tener en cuenta que cualquier doble de cincos en el lanzamiento de sus hechizos se considerará “fuerza irresistible” y cualquier doble de doses se considerará “disfunción mágica”. Esto representa la fuerza desmesurada e incontrolable de este círculo de piedras.


Objetivos de la batalla:
El objetivo de ambos ejércitos es tomar el control del círculo de piedras. Además, se debe tener cuidado con los puntos de victoria propios y enemigos ya que en la isla, los hombres son reducidos y cada baja puede suponer la diferencia en el futuro.

Al final de la partida hay que determinar quién posee el control del círculo de piedras. Para obtener el control del círculo se deben sumar todas las potencias de unidad de aquellas unidades que al menos tengan potencia 5 y no estén huyendo y se encuentren a 5 cms del círculo o que tengan al menos alguna miniatura dentro del mismo. Una vez sumadas las potencias, si uno de los bandos tiene al menos 5 puntos o más de ventaja respecto al otro ejército se supone que ha conquistado el cículo.
Ejemplo: Al acabar la batalla 3 caballeros del imperio, 3 alabarderos, 10 espaderos y 5 milicianos están a 5cms del cículo. A la hora de sumar sus potencias los alabarderos no aportaran nada debido a que sólo tienen potencia 3 al acabar la batalla. La potencia total imperial cercana al templo sería de 21 (recordemos que la caballería tiene potencia 2 por miniatura) por lo que si el oponente tiene potencia 16 o menos los imperiales habrían capturado el círculo. En caso contrario, si el enemigo tuviera potencia 26 o más, sería el que dominara el círculo. Cualquier otra cosa dejaría ese círculo de piedras en posesión de ninguno de los dos.

El jugador que controle el círculo al finalizar la batalla obtendrá un dado adicional para sus reservas de las fases de magia en el resto de escenarios. En su fase de magia contará con 3 dados de energía en vez de los 2 habituales y en las fases de magia enemigas contará con 3 dados de dispersión. Por supuesto a estos dados se les seguirán sumando los que produzcan con normalidad los hechiceros del ejército.

Además al finalizar la partida se deben contar los puntos de victoria conseguidos por cada jugador de la manera habitual. Cada jugador ganará un número de “puntos de mejora” dependiendo del tipo de victoria obtenido. Ser masacrado da 1pto. Sufrir una derrota decisiva da 2ptos. Sufrir una derrota marginal da 3 puntos. Un empate da 4puntos. Una victoria marginal da 5 puntos. Una victoria decisiva otorga 6 puntos. Una masacre da 7 puntos.
En la batalla final, podrás cambiar estos “puntos de mejora” por diversas ventajas para tu ejército.


Duración:
La partida puede durar entre 6 y 8 turnos. Al finalizar el 6º turno lanza un dado, con un resultado de 1 o 2 la batalla finaliza. Al final del 7º turno lanza otro dado, con un resultado de 1, 2 o 3 la batalla finaliza.
De lo contrario la batalla finaliza automáticamente al acabar el 8º turno.


Cualquier duda en el otro post.

Envio editado por: Archipirómano de Charadon, el: 2010/04/14 17:40

Fétidus aspiró con fuerza, el aroma de piedra de disformidad del pebetero le fortalecía. Un escalofrío recorrió su sistema nervioso cuando la potente droga entró en su organismo. Un pequeño chillido de miedo y placer recorrió al sacerdote de plaga. Los pasos acercándose le sacaron de su ensoñación...

Una figura encapuchada entró en la tienda inclinando el hocico en señal de respeto. El sacerdote Skreet era el segundo al mando en el ejército pestilens de Fétidus y como tal debía ser vigilado, acusado de traición y asesinado a la mínima sospecha. Y no siempre en ese orden.

Skreet se arrodilló ante su líder para informar de las novedades:
"Mi señor Fétidus, hemos llegado al círculo de poder-poder que la cosa-humana nos enseñó en el mapa. Mis propios bigotes han temblado ante la fuerza-fuerza de la magia en esta zona. Desgraciadamente no somos los únicos que conocen su existencia y unas cosas-elfas han tomado el valle".

Fétidus con un chirrido de odio levantó su mayal y se dirigió a la salida. Con una sonrisa triunfante, gritó: "¡¡¡Liberad-liberad a la abominación!!!". Su sonrisa se convirtió en una mueca de ira al ver que ninguno de sus subordinados parecía salir corriendo a cumplir sus órdenes y un ligero temblor de rabia comenzó a sacudir su mandíbula.

Skreet se acercó a su comandante y temblando de miedo añadió: "Eh... me temo que la abominación no se encuentra en buen estado. Al parecer comer-comer grandes cantidades de cosas-muertas le sentó mal y no está en condiciones de combatir".

Con un chillido de ira, Fétidus agitó su mangual y aplastó a un skaven que pasaba por allí. "¡TRAICIÓN! El clan Moulder me retira su apoyo porque me creen demasiado peligroso debido a mis éxitos-éxitos. Pues están en lo cierto, soy peligroso y el rencor-rencor corre por mis venas. Necesito refuerzos, llamad al enviado del clan Skryre y a continuación nos lanzaremos a la batalla-batalla.




Informe de batalla:

El contingente skaven que llevé a la batalla cambió bastante respecto a lo que llevé en la primera partida. Aprovechando la recién pintada Rueda de la Muerte decidí incluirla en la lista quitando la abominación del pozo infernal. El arúspice se fue de la lista y convoqué a mis dos sacerdotes de plaga a la batalla.

Los esclavos skaven desaparecieron para dejar hueco a las ratas gigantes y una unidad de monjes de plaga tirando del pebetero ayudó a completar los 1500 puntos básicos. Un par de unidades de guerreros con amerratadoras y dos unidades de portadores de incensario volvieron a ser valores fijos en mi lista.

En reserva quedaron la mayoría de las ratas gigantes, las unidades de guerreros y un sacerdote de plaga. El contingente principal contaría con el apoyo de una rueda de la muerte, un sacerdote de plaga en pebetero empujado por una unidad de monjes de plaga y dos unidades de portadores de incensario cubriendo los flancos. En el medio, las ratas y los monjes deberían soportar la carga principal de la fuerza de los elfos oscuros.



Al otro lado del campo de batalla me esperaba el ejército elfo oscuro de Blackbird.

Una fuerza compuesta por una unidad de 5 gélidos, 15 guardias negros, 15 corsarios, 10 lanceros, y una bruja en gélido. En reserva esperaban 2 bestias del cieno acompañadas por un emisario oscuro, otros 5 gélidos y un noble en gélido.

Viendo que ambos ejércitos carecían casi completamente de disparos nos lanzamos todos hacia delante con ganas de tomar posiciones en el círculo de piedras. Los skaven se lanzaron en masa hacia adelante y los elfos oscuros cargaron. La unidad de guardia negra cargó y aniquiló a una unidad de portadores de incensario sin apenas sufrir bajas. Los corsarios chocaron contra el pebetero y no lograron hacer gran cosa. El humo venenoso mató a unos cuantos y los monjes de plaga se encargaron de continuar con la matanza. La imagen de los skaven drogadictos sedientos de sangre fue demasiado para ellos y salieron corriendo sólo para ser aniquilados en la persecución.

En el otro flanco, los gélidos cargaron contra los portadores de incensario pero antes de que pudieran golpear cuatro de los cinco jinetes palmaron debido a los vapores venenosos de piedra bruja. Entre siniestras risas, los portadores de incensario acabaron con el superviviente.

La contracarga skaven no se hizo esperar, la unidad de ratas con cuidadores cargaron contra los lanceros y la rueda de la muerte contra la guardia negra. Las 20 ratas gigantes empataron el combate con los lanceros y la rueda mató a un tercio de los guardias negros por los impactos de carga antes de que pudieran responder. No obstante, la tozudez de la guardia se encargó de que mantuvieran la posición.

Comenzaron a aparecer los refuerzos y dos unidades de guerreros skaven con amerratadoras se dirigieron al círculo de piedras mientras gélidos y bestias del cieno acompañadas de dos héroes se dirigían hacia los combates.

Los lanceros fueron cargados por los portadores de incensario que habían matado a la primera unidad de gélidos y repitieron la hazaña acabando con todos los lanceros. Los gélidos, una bestia del cieno y el noble en gélido se prepararon por frente y flancos para cargar al pebetero de los monjes y la otra bestia del cieno se dirigió hacia las ratas gigantes.

Los monjes fueron cargados y el sacerdote de plaga y el humo disforme acabaron con la segunda unidad de gélidos pero por el flanco, la bestia del cieno y el noble comenzaron una escabechina de monjes de plaga muertos. A lo largo de varios turnos acabaron con los veintipico monjes de plaga que seguían vivos.

Por el centro la cosa comenzaba a torcerse cuando la otra bestia del cieno cargaba con ganas de revancha a los portadores de incensario. El humo no parecía afectar a tan resistente criatura y uno por uno destrozó a los locos de los mayales. En el arrasamiento chocó con la unidad de ratas gigantes a la que procedió a exterminar una por una. El plan de Fétidus se torcía y sin embargo, las unidades de guerreros y su lugarteniente no acudían en su ayuda. Ya podía oír los gritos de "traición-traición" brotar de los labios de mi general, único superviviente de la unidad del pebetero en aquel momento.

Y en aquel momento, las armas contratadas al clan Skryre llegaron en rescate de Fétidus. La Rueda de la Muerte chocó contra el noble elfo que trataba de matar a Fétidus. El casco de los ancestrales pareció protegerle de los impactos de la Rueda y de sus rayos pero las ratas que surgían del artefacto causaron un montón de impactos y acabaron con él. En el arrasamiento, la rueda chocó contra la bestia del cieno acabando a su vez con ella.

En el otro lado las amerratadoras Skryre abrieron fuego sobre la Bestia del Cieno que había acabado con los portadores de incensario y acabaron con ella. El emisario oscuro y la bruja elfa fueron sus siguientes víctimas.

Pese a las bajas, los skaven habían logrado la victoria y Fétidus había sobrevivido aunque no se le veía muy satisfecho cuando agitando su mayal se dirigió a "visitar" a su lugarteniente.

El círculo de piedras pertenecía a los traicioneros skaven...

¡VICTORIA!



Efectivamente, el Imperio consigue una masacre de Hombres Bestia junto a uno de los Círculos Ogham de Albión, a pesar de que un terrible aguacero redujera casi por completo sus armas de disparo a pólvora mojada.

En el centro, dos unidades de 5 Caballeros cargan hacia delante liquidando unos un carro y haciendo huír los otros al otro. El mortero causa 5 bajas a los Gors y los hace huír (Único disparo destacable de la partida). Después de éso la primera unidad de Caballeros carga y arrasa a 10 Bestigors saliéndose del campo de batalla y volviendo más tarde para una carga final. 2 unidades de Cazadores Ungors huyen presas del pánico contagiado por la huída de los Gors y la muerte de los Bestigors. En el flanco derecho, la otra unidad de Caballeros que ya había sufrido una baja del carro es cargada por un Beligor que le causa más bajas y al que tras un par de turnos más acaba matando con un único Caballero superviviente.

Éste muere poco más tarde al ser cargado por el carro reagrupado que recibe su última herida a su vez de un disparo de arco a 7+ y 5+ (Legolas ha vuelto después de sus hazañas contra los Skavens y ocupa el segundo lugar en el podio de honor tras Rambo). El carro de Garragor llegado de la reserva recibe un impacto directo de cañón siendo reducido a astillas.

En el centro, una unidad de Espadachines acompañada de un Capitán carga a una unidad de Ungors con lanzas haciéndolos huír y matando más tarde al Chamán. En el extremo izquierdo otro carro es destruído en un par de turnos de combate por una unidad de alabarderos acompañada del Portaestandarte.

Y finalmente la unidad de Caballeros intacta carga a los Ungors con lanzas reagrupados y tras varios turnos de combate, al acabar la batalla restaban 3 Caballeros y 8 Ungors.

Así que gracias a estandartes, cuadrantes y general enemigo muerto etc... el Imperio consigue una masacre y se hace con el Círculo Ogham, que será estudiado en breve por Hechiceros de los Colegios de la Magia.

P.D. A favor de Abbadon decir que ha tenido mala suerte con bastantes chequeos de Pánico y Reagrupamiento y la partida se le ha puesto cuesta arriba al principio al ser 2 carros cargados por caballería que luego ha podido seguir cargando a combates ventajosos.